Los admiradores de Mao Zedong celebraban el jueves el 120 aniversario de su nacimiento, aunque el presidente chino Xi Jinping reconoció en Pekín que quien dirigiera el país durante 27 años no fue un “dios” y que había cometido “errores”.

Miles de peregrinos, admiradores del fundador de la República Popular China pasaron la noche cerca de su casa natal en Shaoshan, en la provincia central de Hunan, bajo un cielo iluminado por los fuegos artificiales.

Mao, fundador de la República Popular China, a la que dirigió durante más de un cuarto de siglo hasta su muerte en 1976, es tan reverenciado como controvertido por sus compatriotas. Si bien es amado por unos, otros, críticos, afirman que sus campañas políticas y económicas, desastrosas para ellos, provocaron decenas de millones de muertos en el gigante asiático.

En Shaoshan, la muchedumbre de admiradores se abría difícilmente paso para poder inclinarse ante el gigantesca estatua del ídolo revolucionario. Algunos gritaban “¡Larga vida al presidente Mao!”.

Sin embargo, en Pekín, el presidente Xi Ping, citado por la agencia Xinhua, recordaba que los “dirigentes revolucionarios no son dioses sino seres humanos”.

“No se puede venerarlos como dioses, no se puede impedir que la gente señale sus errores solamente porque son grandes personajes. Tampoco podemos borrar sus logros históricos solamente porque han cometido errores” añadió Xi Ping, que se expresaba en un seminario tras visitar el mausoleo de Mao en la plaza Tianamen de Pekín.

El presidente Xi había solicitado que los homenajes a Mao fueran “solemnes, simples y pragmáticos”.

A pesar de que los 120 años significan algo especial en China, como por ejemplo un siglo en Occidente, Xi hizo un llamado a la discreción en esta celebración.

Los errores del Gran Timonel

El gobernante Partido Comunista de China (PCC) ha intentado establecer cierto equilibrio, alabando al llamado “Gran Timonel”, aunque también reconoce que cometió “errores” .

El diario Global Times, cercano al PCC, admite este jueves que Mao cometió “errores drásticos”, pero también acusó a sus críticos de intentar distorsionar la historia y, por lo tanto, tratar de obstruir el desarrollo de China.

“Difamar a Mao niega lo que China ha logrado en las seis décadas anteriores”, afirma en un editorial. “Podemos decirle a la mayoría de estos detractores que tienen motivos ocultos para empañar la imagen de Mao y su legado, y así tratar de impedir el renacimiento de China”, afirma el diario, que también dice que sus pensamientos ya han sido interpretados de manera incorrecta, lo que a veces impide evaluar su figura histórica.

Sin embargo, frases como “Mao, el sol rojo que ilumina nuestros corazones” fueron sustituidas por el “Himno a la nación”, y otros documentos que hacen énfasis en el 65º aniversario de la Revolución.

Entre distintos actos de conmemoración en esta semana, el PCC ha publicado una nueva crónica de la vida de Mao, y el diario oficial elogió los fundamentos ideológicos y prácticos que éste sentó para el futuro de China.

Changsha, la capital de la provincia natal de Mao, Hunan, ubicada en el centro-sureste de China, celebró una gala y un simposio en el marco del 120º aniversario del nacimiento de su hijo preferido.

Según la prensa, los fastos locales de estas celebraciones para gloria de Mao alcanzarían al equivalente en yuanes a 230 millones de euros.

Los discretos homenajes a Mao Zedong tienen lugar en medio de una crisis política con Japón, país con el cual sus relaciones se han visto deterioradas durante el último año a causa de un conflicto territorial por unas islas deshabitadas en el Mar de la China oriental.

No obstante, Mao sigue vivo en la conciencia colectiva de su pueblo. Según una encuesta telefónica publicada el miércoles por la prensa oficial, el 85% de los chinos considera que sus logros están por encima de su “errores”, con algunos matices.