La justicia rusa puso fin el miércoles a las acciones judiciales contra ocho militantes de Greenpeace, entre ellos, una argentina y el capitán del barco, acusados de “vandalismo” por una acción de protesta en el Ártico y amnistiados por una nueva ley del parlamento ruso.

En su cuenta Twitter, la organización anunció sucesivamente el cierre de los procesos contra el turco Gizem Akhan, el neozelandés Jonathan Beauchamp, el holandés Mannes Ubels, el capitán estadounidense del navío Peter Willcox, la argentina Camila Speziale, el polaco Tomasz Dziemianczuk, el ucraniano Ruslan Yakushev y el ruso Dimitri Litvinov.

El martes la comisión de investigación notificó ya al británico Anthony Perrett el final de la investigación contra él.

Los treinta miembros de la tripulación del navío, entre ellos dos argentinos y una brasileña, fueron detenidos en septiembre tras una acción contra una plataforma petrolera de Gazprom en el Ártico. Tras ser trasladados a San Petersburgo, fueron puestos en libertad bajo fianza en noviembre.

De la tripulación, 26 personas no son rusas. Sin la visa de su pasaporte que certifica su entrada legal en el país, hasta el momento los militantes ecologistas no pudieron abandonar el territorio ruso.

Imputados en un primer momento por piratería, un crimen castigado con hasta 15 años de cárcel máximo, finalmente fueron inculpados por vandalismo, un delito que se castiga con una pena de hasta siete años de cárcel.

Los treinta miembros de la tripulación del barco de Greenpeace habían firmado el lunes un documento en el que no se oponían a la ley de amnistía, aprobada la semana pasada por el parlamento ruso.