Ecuador implicó este martes a la CIA en un caso de narcotráfico en su correo diplomático y dijo que actuará con cautela ante la revelación de que ese organismo apoyó a Colombia en un bombardeo contra las FARC en suelo ecuatoriano.

“Ya se conocerá, estoy seguro, en unos cuantos meses que también (la CIA) habrá estado involucrada en introducir droga en la valija diplomática hace dos años en la cancillería ecuatoriana”, dijo el canciller Ricardo Patiño a la radio pública.

El 18 de enero de 2012, la Policía de Italia decomisó 13,6 kg de cocaína líquida en una valija diplomática ecuatoriana dirigida al consulado en Milán, un caso por el que son procesados en ese país cuatro ecuatorianos y un estadounidense.

Patiño apuntó el dedo acusador hacia la Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), después de que el diario The Washington Post reveló el fin de semana que ese organismo colaboró con Colombia en un ataque contra la guerrilla de las FARC en territorio ecuatoriano en 2008.

Considerada por la Organización de Estados Americanos como una violación a la soberanía ecuatoriana, la acción militar derivó en una severa crisis diplomática entre Bogotá y Quito.

“Hay que andar con pies de plomo frente a estas revelaciones”, señaló Patiño, al sugerir que detrás de las mismas puede haber un intento por torpedear las relaciones entre ambos países después de su pleno restablecimiento en 2011.

El canciller dijo que Ecuador siempre sospechó que la CIA apoyó a Colombia en el ataque en el que fue abatido el líder rebelde Raúl Reyes, entonces número dos de las FARC, por lo que actuará con cautela ante los informes de la prensa estadounidense.

No podemos “dejarnos llevar adonde posiblemente nos quieren llevar: a afectar las relaciones con Colombia, incluso con Estados Unidos”, agregó Patiño, y subrayó que ese tipo de revelaciones también podrían buscar alterar el proceso de paz que lleva a cabo Bogotá con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

En su informe publicado el domingo, The Washington Post señaló que la CIA y la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) colaboraron con Colombia en acciones contra jefes de las FARC, a través de un programa secreto que contó con “presupuesto multimillonario”.

La ayuda incluyó el suministro de un sistema de rastreo por GPS para bombas, artefactos que permitieron convertirlas en armas de altísima precisión.