Sebastián Piñera almorzó con los principales grupos eléctricos. La cita debe haber sido compleja, porque la energía es uno de los ámbitos en que no pudo cumplir con lo que él mismo definió como prioridad para su gobierno.

Recordemos que Piñera dijo que en sus 4 años pretendía impulsar una estrategia energética para superer un horizonte de crisis. En eso poco se avanzó.

Lo que viene en esta materia para la administración de Michelle Bachelet es un desafío mayor.
El programa de la Nueva Mayoría dice que en los primeros 100 días de gobierno se establecerá una agenda de energía.
También se menciona avanzar en la interconexión de los Sistemas Interconectado Central e Interconectado del Norte Grande, tener planificación participativa a nivel nacional y regional, realizar cambios en la normativa para promover competencia y alentar las energías renovables no convencionales, a través de licitaciones.

La mayor prueba de estas iniciativas no estará seguramente ni en el Congreso, ni entre los expertos, ni entre las empresas, sino en la ciudadanía, porque hay una confianza perdida en la institucionalidad, los tribunales, los gobiernos y sus políticas.