En el occidente, la Navidad solía tener un significado religioso, siendo una fecha para compartir en familia. No obstante, con los años se ha ido perdiendo su verdadero sentido, transformándose en una fiesta del consumismo.

Al menos esto es lo que piensan muchas personas, quienes creen que esta celebración carece en la actualidad de principios valóricos, consignó la BBC.

La Navidad se ve oscurecida por algunos factores, como son los siguientes:

Consumismo

El exceso en la compra de regalos, adornos navideños, alimentos para la cena y otros terminan por enturbiar el sentido de la Nochebuena, que se basa en el entregar amor a los seres queridos, no llenarlos de cosas materiales hasta el techo.

“El consumismo ha devorado gran parte de nuestras actividades cotidianas y de lo que debieran ser nuestros sentimientos más personales (…) la Navidad se torna en confundir lo que uno es con lo que uno tiene y lo que uno muestra con lo que uno vale”, indica el psiquiatra y dramaturgo argentino José Eduardo Abadi.

Son varias las campañas que se han iniciado en la red contra esto como The Christmas Resistance Movement (Movimiento de Resistencia a la Navidad), quienes afirman que “nos rehusamos a participar de la industria de la Navidad”, y que les dan a sus familiares “tiempo y cariño”.

Otros ejemplos son los canadienses cristianos de Buy Nothing Christmas (Navidad sin comprar nada), la página web Antichristmas.org (Anti Navidad), el francés Mouvement Anti-Noel (Movimiento Anti-Papá Noel) y Center for a New American Dream de Estados Unidos (Centro por un Nuevo Sueño Americano).

Desperdicios de los regalos y las cenas

Cuando hagas un regalo, esto conlleva papel de regalo y cinta que se irán a la basura, combustible que se usó en trasladarlo, entre otros gastos. Suma esto a miles de billones de regalos que se hacen estas festividades, y piensa en cómo reducir los desperdicios para disminuir la contaminación.

La comida también se pierde en proporciones alarmantes. Según un estudio del gobierno de Reino Unido, en el mundo en esta fecha se bota el equivalente a 2 millones de pavos, 5 millones de budines y 74 millones de tartaletas navideñas.

Por su parte, en otros lugares como Estados Unidos suelen cortarse árboles para ponerlos en las casas y decorarlos. Esta práctica no es común en nuestro país, donde se suelen utilizar pinos plásticos, pero aún así hay que tener consideración por cómo afecta esto a la naturaleza.

Soledad y depresión

“Para los más perdidos y solitarios, la Navidad amplifica la sensación de estar perdido y solitario, sobre todo porque creemos que todo el mundo está disfrutando de la calidez y la cordialidad del seno familiar”, señalan Mats y Karin Erikson, autores del libro y el blog “The Salamander Club”.

Si bien estas pascuas se supone que son para compartir en familia, hay que tener en cuenta que muchos están solos.

Asimismo, según la misma pareja de expertos, el hecho de “tener” que ser feliz en Navidad provoca una presión que muchas veces termina por deprimir más, lo que puede desembocar en peleas con amigos y familiares.

“En Navidad nos juntamos no tanto por gusto, sino porque la tradición así lo indica. Y la tradición nos dice también que se supone que debemos ser felices en la Navidad; esto genera mucha presión”, explican Mats y Karin Erikson.

El consejo que entregan para evitar el estrés por esta situación es “armonía”. “Disfrutar aquello que tenemos (…) Tratemos de que sea un momento para estar felices de estar vivos, de llevar adentro a aquellos que se fueron y poder crear un terreno de esperanza. Y, como dice la frase del brindis, levantar la copa por la vida”, indican.