Los jueces Edmundo Moller Bianchi, Felipe Muñoz Hermosilla y Héctor Hinojosa Aubel, se pronunciaron frente al veredicto contra Guillermo Oyarzo Oyarzún, quien fue declarado culpable de violación consumada en carácter reiterado en contra de su hijastra desde que ésta tenía 9 años. Las agresiones se extendieron hasta marzo de este año, cuando la víctima ya tenía 12.

Los jueces informaron que toda la prueba rendida por el persecutor, vale decir, testimonios de compañeras de curso de la víctima, profesores, la psicóloga del establecimiento al cual concurría, como también las pericias del Servicio Médico Legal, sumado a la crudeza del relato de la menor, permitieron dar por acreditada que su padrastro era el agresor.

Sin embargo, durante los alegatos de clausura y réplicas, el fiscal Jaime Sáez solicitó que los jueces consideraran para el veredicto y posterior sentencia a dictar, que la niña fue sometida a diversos vejámenes por cuatro años, sumándose agresiones físicas y psicológicas, ya que existen antecedentes de que Oyarzo la golpeó en varias oportunidades para amedrentarla, como también para obligarla a mantener relaciones sexuales.

Las agresiones psicológicas eran para que ésta no contara nada a su madre, amenazándola de que si se ésta se enteraba las abandonaría y nos les daría ningún tipo de sustento.

Por todo lo anterior, dijo el fiscal Jaime Sáez, es que están solicitando el presidio efectivo mayor en su grado medio, es decir que los jueces podrán penalizar hasta por 15 años. La sentencia en tanto quedó pactada para este viernes al mediodía.

Sáez dijo que se ha insistido en todo minuto que el tribunal no considere las atenuantes que favorecen al hombre y que le permitirían una rebaja de condena, por lo que invocaron al tribunal que no se tome en cuenta tal posibilidad.

La extensión del mal causado es otro punto que se debatió en los alegatos para la fijación de la pena, siendo invocado tanto por el fiscal como por el querellante, tomando por referencia que la menor deberá contar con terapia por mínimo 3 años, considerando esta medida como “más que alta” ya que la media de las terapias es de año y medio.

Por su parte el abogado querellante en esta causa, acusó extorsión por parte del hoy condenado calificándolo como un hombre frío y calculador, que veía a la víctima como un objeto.