Uno de los elementos más antiguos en el equipamiento de un automóvil, podría ser reemplazado por un dispositivo que parece sacado de una película de ciencia ficción.

En una entrevista con el diario británico The Sunday Times, el diseñador en jefe de la reputada automotriz, Frank Stephenson, reveló que su empresa está próxima a probar un nuevo sistema para mantener incólumes los parabrisas de sus vehículos, el cual usa ondas de sonido de alta frecuencia para crear un campo de fuerza sobre el cristal.

Según relató Stephenson, este sistema ya se encuentra en uso en algunos de los aviones de combate más modernos, y se basa en las mismas ondas de 30 khz usadas por los dentistas para remover placa bacteriana o por los ginecólogos para realizar ultrasonidos a los bebés.

“Nos costó bastante que los militares nos contaran su secreto. Tuve la inquietud cuando vi que algunos de sus aviones no tenían limpiaparabrisas, aún cuando volaban a altitudes muy bajas antes de aterrizar. Finalmente me revelaron que no se trataba de una cobertura especial como pensábamos, sino de un sistema electrónico de alta frecuencia que se mantenía activo todo el tiempo. Con él, nada se pega a los cristales“, afirmó Stephenson.

Este campo de fuerza sobre el cristal cambiaría radicalmente el principio de los limpiaparabrisas ideados por la inventora estadounidense Mary Anderson en 1903, luego de que durante un viaje a Nueva York, notara que los vehículos debían detenerse en condiciones de lluvia ya que no podían ver el camino.

De hecho mediante las ondas de sonido, el agua, suciedad o insectos jamás tocarían la superficie de vidrio, previniendo que este se ensucie en vez de limpiarlos, como hacen hoy las imprescindibles barras de goma.

Si bien Stephenson no quiso entregar mayores detalles respecto del desarrollo, indicó que McLaren espera introducir el sistema al mercado en 2015, con el nuevo modelo que lanzarán ese año orientado al consumidor de lujo. Una vez fabricados en masa, la compañía indica que estos podrían costar apenas 10 libras (cerca de 8 mil pesos chilenos).