O’Higgins derrotó a la Universidad Católica por 1-0 en la ‘Súper Final’ del fútbol chileno y se corona como el monarca del Torneo de Apertura 2013.

Las 17 fechas disputadas no fueron suficientes para determinar qué equipo sería el mejor del certamen local, por lo que ambas escuadras protagonizaron la Súper Final en un afán de decidir quien sería el sucesor de Unión Española como monarca nacional.

El comienzo del partido fue digno de una final con los mejores equipos del campeonato en la misma cancha y con un marco de público que hizo que el espectáculo fuera una verdadera fiesta.

Los primeros minutos fueron bastante parejos, aunque el cuadro cruzado presentó un pequeño cambio en la estrategia, ya que comenzó a presionar a la zaga celeste, lo que complicó por algunos pasajes del partido a los dirigidos de Eduardo Berizzo.

El trabajo de los arqueros fue bastante parejo, ya que Christopher Toselli tuvo una tapada increíble ante un cabezazo de Pablo Calandria al inicio del cotejo, en tanto que Paulo Garcés respondió a la perfección tras un remate de Ismael Sosa.

La apertura de la cuenta llegó gracias a un tiro libre ejecutado por Gerson Opazo que logró conectar Pablo Hernández a los 34′ encendiendo los festejos para el cuadro rancagüino.

Luego del gol la UC se fue con todo en busca de la paridad, pero la defensa del ‘capo de provincia’ no tuvo grandes dificultades para detener los ataques cruzados.

En el segundo período los pupilos de Matín Lasarte entraron con la convicción e ilusión de empatar el partido, lo que se vio reflejado desde el primer minuto del complemento.

El estratega uruguayo quería un mayor protagonismo ofensivo y no tardó en determinar el ingreso de uno de sus salvadores, ya que a los 56 minutos reemplazó a Michael Ríos por el delantero ex ‘oro y cielo’ José Luis Muñoz.

Pero una de las más claras estuvo en los pies de Gonzalo Barriga, quien a los 68′ elevó sobre el horizontal, tras quedar en un mano a mano con el meta Toselli.

Los últimos 20 minutos se vivieron prácticamente en la zona celeste, ya que O’Higgins comenzó a jugar de contra gracias a los carrerones de Calandría y Pizarro.

El reloj avanzaba y la desesperación comenzaba a apoderarse de los de la franja, debido a que no podían penetrar la defensa visitante, ya que Berizzo reforzó el equipo con el ingreso de Benjamín Vidal y Nicolás Vargas.

El árbitro del duelo Jorge Osorio determinó que se debían jugar cinco minutos de adición, los cuales fueron infartantes, ya que O’Higgins defendía con todo y la Universidad Católica intentaba por todos los medios lograr el tanto del empate.

Finalmente el cuadro de Rancagua consigue su primera estrella al coronarse campeón del Torneo de Apertura 2013 y nuevamente la UC queda a las puertas de conseguir un campeonato.