El presidente venezolano Nicolás Maduro sorteó este domingo su primer test electoral, luego de siete meses de gobierno marcados por alta inflación y tormentas económicas, al mantenerse como la fuerza política más votada y con el control de las mayoría de las alcaldias, informó el Consejo nacional Electoral (CNE).

Sin embargo, la oposición mantuvo el distrito metropolitano de Caracas y también la petrolera ciudad de Maracaibo, la segunda urbe venezolana, consideradas las joyas de la corona, además de arrebatarle al oficialismo Valencia, Barquisimeto y Barinas, la capital del estado natal del líder fallecido Hugo Chávez. Las cinco son de los municipios más poblados del país.

“El pueblo de Venezuela le ha dicho al mundo que la Revolucion Bolivariana (del difunto Hugo Chávez) continúa con mas fuerza”, enfatizó Maduro en un mitin de festejo esta noche en la Plaza Bolivar de caracas.

Los partidos políticos de la alianza gubernamental sumaron 49,2% de votos contra un 42,7% de la oposición, indicó Tibisay Lucena, titular del CNE, en el primer informe oficial divulgado cuatro horas después del cierre de las mesas, con el 97,52% de los votos escrutados.

En las presidenciales de abril, celebradas luego de la muerte Chávez, Maduro había aventajado al líder opositor Henrique Capriles por magros 1,5 puntos porcentuales.

“Podemos decir con gran satisfacción que la participación nacional fue del 58,92%” dijo Lucena y precisó que hay datos “irreversibles de 257 municipios”.

“Han sido ganados por el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela del presidente) y sus alianzas 196 alcaldias, la MUD (Mesa de Unidad Democrática) y sus alianzas 53 municipios y otras organizaciones políticas, ocho alcaldias”.

Otros 80 municipios seguían en disputa y el CNE, cuya política es difundir sólo resultados irreversibles, no suministró datos.

La oposición, que había elevado estas municipales a la categoría de un plebiscito sobre la gestión presidencial, aspiraba además a superar en votos al gobierno y ganar un centenar de las 337 alcaldias.

Al votar este domingo, el presidente llamó a respetar los resultados. “La palabra del CNE (Consejo Nacional Electoral) será palabra sagrada (…) Si ganamos por un voto una alcaldía, la ganamos y si perdemos por un voto, lo aceptamos”.

Poco después votó Capriles quien acusó al presidente de “proselitismo descarado” y señaló que “hay muchas denuncias de todos los abusos: demora, operación morrocoy (lentitud en el proceso), centros donde se ha dañado la máquina”.

ELECCIONES EN UN MARCO DE PROBLEMAS ECONÓMICOS

La “Revolución Bolivariana” de Chávez ha ganado regularmente casi todos los comicios y plebiscitos en los últimos 14 años en el país, que tiene las mayores reservas petroleras del mundo.

Venezuela llegó a las elecciones con una inflación del 54% anual, fuertes presiones sobre la cotización del dólar en el ilegal mercado paralelo, donde cotiza nueve veces más que en el controlado mercado oficial, y escasez puntual de productos.

Maduro, en picada en los sondeos hasta octubre, salió al contraataque en noviembre y tras definirse como “presidente justiciero”, lanzó una ofensiva que forzó la baja de precios de televisores, zapatos o tornillos, censó comerciantes y amenazó con prisión a díscolos.

Encuestas privadas a las que tuvo acceso la AFP detectaron que la panoplia de medidas, que apuntan básicamente a la clase media, habrían frenado la caída de la intención de voto de los candidatos oficiales e incluso revertido la tendencia.

La jornada, custodiada por 120.000 militares, comenzó para cientos de miles de jóvenes varias horas antes del amanecer, cuando se lanzaron a las calles para acudir a sus puestos en las Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCH), eje de la formidable maquinaria electoral oficialista y con la tarea asignada de garantizar cinco millones de votos.

UNA SOCIEDAD DIVIDIDA

Irma y Lenin son comerciantes, pero su profesión y que hoy votaron es casi lo único que tienen en común. Ambos son una muestra –minúscula pero simbólica– de esta sociedad de 30 millones de habitantes, partida en dos.

Hay “una super crisis económica, hay cola para todo, hay escasez de todo. Con los votos estamos expresando la inconformidad”, dijo a la AFP Irma Berrios, en el acomodado municipio de Chacao, bastión opositor de Caracas.

“Tenemos la obligación de conquistar una victoria para seguir adelante con el proceso revolucionario. Este no es el momento ideal para que la oposición gane terreno”, replica el también comerciante Lenin López quien vota en el popular sector de 23 de enero, al otro extremo de la capital venezolana.