El ejército de Francia inició el desarme de las milicias en la capital de la República Centroafricana este lunes y las “cosas se van desarrollando más bien correctamente”, según el Estado Mayor francés.

Si bien hubo intercambios de disparos entre militares franceses y hombres armados en la mañana del lunes cerca del aeropuerto de la capital centroafricana, las personas con armas que hace unos días circulaban por todo Bangui, a pie o en camioneta, prácticamente habían desaparecido de la capital, constató la AFP.

“En algunos puntos, los grupos armados (…) regresaron a sus cuarteles y en otros depusieron las armas”, declaró el portavoz del Estado Mayor de las fuerzas armadas francesas, el coronel Gilles Jaron.

Cerca del aeropuerto, “hubo un disparo y una réplica”, según el Estado Mayor, quien aseguró que los soldados no habían “encontrado nada” tras el tiroteo.

Soldados franceses se han desplegado en la República Centroafricana, donde por mandato de la ONU deben apoyar a la fuerza africana desplegada allí para restablecer la seguridad en ese país.

La República Centroafricana está sumida en el caos desde que la coalición rebelde Seleka, mayoritariamente musulmana, depuso al presidente François Bozizé en marzo pasado.

Un gobierno de transición liderado por un ex rebelde perdió luego el control del país, y grupos rivales cristianos y musulmanes protagonizan desde entonces sangrientos enfrentamientos.

Tras la luz verde de la ONU, el ejército francés lanzó una operación en apoyo a una fuerza africana ya presente. París señaló el sábado que el contingente francés sería de 1.600 soldados.

El domingo, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, telefoneó al presidente interino de la República Centroafricana, Michel Djotodia, para expresar su “profunda preocupación” por el incremento de la violencia en el país.

También el domingo, el canciller francés Laurent Fabius, había afirmado que casi 400 personas habían muerto en los episodios violentos registrados en Bangui en los tres últimos días y que la calma se había recuperado en la capital del país africano.

Después de sufrir durante varios meses las atrocidades de los exinsurgentes Seleka, en su mayor parte musulmanes, muchas personas en Bangui, una ciudad mayoritariamente cristiana, abrigan sentimientos de venganza. Esta cólera de la población hacia Seleka se desplazó progresivamente contra los civiles musulmanes.

En este contexto, Francia desplegó soldados en su ex colonia, menos de un año después de haber intervenido en Malí, en enero, donde desplegó 4.000 militares.

En la República Centroafricana, los soldados franceses tienen previsto dar apoyo a una fuerza de varios países, con pocos equipos y escasamente formada, que no ha sido capaz de restablecer el orden.

Francia se defiende de las acusaciones de querer convertirse en el “gendarme” en sus antiguas colonias y recalca que, contrariamente a lo ocurrido en el pasado, tanto en Malí como en la República Centroafricana su acción tiene el apoyo de la Unión Africana (UA), la Unión Europea(UE) y de las Naciones Unidas, que también estarán representadas en la cumbre de París.

Francia considera que esas dos intervenciones demuestran la necesidad de que los africanos se doten de una capacidad de defensa común.