La guerrilla comunista de las FARC decretó este domingo un cese al fuego unilateral por 30 días en Colombia, como un gesto de buena voluntad en medio de las negociaciones de paz que se llevan a cabo en La Habana y manifestó “esperanzas” de que el gobierno la secunde.

“De manera unilateral procedemos a ordenar a todas nuestras unidades guerrilleras y milicianas un cese de fuego y hostilidades por 30 días” a partir del 15 diciembre, dijo al leer un texto el representante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Pablo Catatumbo.

El portavoz de la guerrilla advirtió sin embargo que “simultáneamente ordenamos permanecer alerta ante cualquier operación enemiga, la cual deberá ser respondida sin dilación alguna”.

Las FARC, que negocian hace un año en La Habana el fin del conflicto armado y una paz “estable y duradera” en Colombia, señalaron a través de su portavoz que “aún abrigamos la esperanza de que el Gobierno Nacional corresponda a nuestro gesto ordenando un alto de sus operaciones”.

“Los colombianos y el mundo han de estar atentos a la segura embestida difamatoria y propagandística que desde muy altas esferas del estado y las Fuerzas Armadas se lanzará contra nosotros como consecuencia de esta convocatoria”, agregó Catatumbo, sin permitir preguntas de la prensa.

Este es el segundo alto al fuego unilateral decretado por la guerrilla en el marco de las conversaciones de paz. El anterior se extendió del 20 de noviembre de 2012 al 20 de enero de 2013, sin que fuera correspondido por el gobierno de Juan Manuel Santos.

La propuesta unilateral es anunciada un día después de que ocho personas, seis militares y dos civiles, murieran en un ataque con explosivos en Inzá, suroeste de Colombia, un hecho atribuido a las FARC.

El presidente Santos calificó el sábado esa acción como “un ataque terrorista demencial” y advirtió que la ofensiva de las tropas contra las FARC se mantendrá en todos sus términos.

“Tenemos que seguir la ofensiva. No darle un minuto de tregua. La ofensiva militar se mantiene hasta el momento en que lleguemos a un acuerdo (de paz con las FARC), ahí pensaríamos dar el paso al cese al fuego”, dijo el mandatario.

La delegación oficial presente en las pláticas en La Habana no hizo declaraciones a la prensa, aunque este domingo se cerró el ciclo 17 de las conversaciones, que se reanudarán el 17 de diciembre tras un receso para efectuar consultas.

Ambas partes discuten el tercer punto de una agenda de cinco: drogas ilícitas, tras llegar a acuerdos preliminares sobre los dos primeros temas, el problema agrario y participación política, en los 12 meses transcurridos de negociaciones.

El jefe negociador de la guerrilla, Iván Márquez, dijo que en las jornadas finalizadas ambas partes regresaron además sobre el segundo punto de la agenda (participación política), al entender que existe la necesidad de dar voz a todos los actores sociales involucrados.

“El diseño de gran parte de esta tarea deberá resolverse en eventos amplios, nacionales, que deberán convocarse para que sean las mismas organizaciones y movimientos sociales las que tracen los lineamientos para construir normas que le den pleno reconocimiento y garantías políticas”, dijo.

“Así también está pactado que se proceda con la elaboración del tan postergado y necesitado estatuto de la oposición política, cuya elaboración debe ser obra consensuada de todos los partidos y contar con la participación también de los movimientos y organizaciones sociales”, añadió.

En ese sentido, el Gobierno y la guerrilla acordaron “la creación de zonas de Circunscripciones transitorias especiales de Paz para la elección de un número por definir de representantes a la Cámara de Representantes, de manera temporal”.

Esas circunscripciones serán adicionales a las circunscripciones ordinarias existentes y “contarán con reglas especiales para la inscripción y elección de candidatos”, explicó Márquez.

En cuanto al punto tres, drogas ilícitas, aún sin concluirse, Márquez dijo que esos problemas “deben tener una solución que involucre a las naciones del mundo, pues se trata de un fenómeno de afectación global”.

Las FARC “nos oponemos a las soluciones militares y estrictamente punitivas y represivas que, sobre todo, les da a los eslabones más débiles de la cadena, que son los empobrecidos cultivadores de coca y consumidores de drogas”, dijo.