Sudáfrica comenzó este sábado los preparativos para recibir al presidente de Estados Unidos Barack Obama y a otros dirigentes de todo mundo que rendirán un último homenaje a Nelson Mandela durante los diez días de duelo por la muerte del ícono de la lucha contra el apartheid.

Mandela, el fundador de la Sudáfrica moderna y el primer jefe de Estado negro del país, falleció el jueves por la noche a los 95 años, rodeado de amigos y familiares.

Obama, el primer mandatario negro de Estados Unidos, viajará a Sudáfrica la semana próxima, anunció la Casa Blanca, sumándose a numerosos dirigentes de todo el mundo que asistirán a una gran ceremonia de recuerdo el 10 de diciembre.

El periodo de duelo durará diez días, anunció el viernes el presidente Jacob Zuma.

Los restos mortales de Mandela serán expuestos en Union Building, la sede de la presidencia sudafricana en Pretoria, entre el 11 y el 13 de diciembre para que sus compatriotas puedan darle un último adiós. Luego se llevará a cabo un funeral de Estado el 15 de diciembre, en su pueblo natal de Qunu.

Los restos mortales de Mandela serán llevados en procesión por Pretoria el miércoles, el jueves y el viernes, informó este sábado una fuente oficial.

En las últimas horas se han puesto en marcha preparativos logísticos de gran envergadura para recibir a las personalidades de todo el mundo, que viajarán a Sudáfrica para rendir homenaje a este estadista universalmente respetado.

Las ceremonias de conmemoración comenzarán el domingo, cuando los sudafricanos serán invitados a asistir a iglesias, mezquitas, sinagogas y otros edificios religiosos.

Obama y su esposa Michelle viajarán a Sudáfrica junto con el expresidente George W. Bush y su esposa Laura.

Bill Clinton, que ocupaba el cargo de presidente de Estados Unidos cuando Mandela se convirtió en el primer mandatario negro de Sudáfrica, anunció que viajará acompañado por su familia.

Poco después del anuncio de la muerte de mandela, Obama dijo que era un hombre “profundamente bueno” que “tomó la historia en sus manos y curvó el arco del universo moral hacia la justicia”.

La presidenta brasileña Dilma Roussef también viajará a Sudáfrica la próxima semana, anunció su oficina.

“Un regalo increíble de Dios”

El viernes miles de personas de todo el país salieron a las calles para bailar, cantar y recordar la vida de su amado exlíder, conocido afectuosamente como Madiba, el nombre de su clan.

El arzobispo emérito sudafricano Desmond Tutu, que al igual que Mandela ganó con Nobel de la Paz, dijo que este ícono de la lucha contra la segregación racial fue un “regalo increíble de Dios”.

Mientras luchaba para contener las lágrimas, Tutu afirmó que su viejo amigo fue “un unificador desde el momento en que salió de la cárcel”.

Mandela pasó 27 años en prisión durante el apartheid. Tras el final del régimen segregacionista de la minoría blanca, se convirtió en presidente en 1994 y logró unificar a su país con un mensaje de reconciliación.

Compartió el Premio Nobel de la Paz con el último mandatario blanco de Sudáfrica, F. W. de Klerk, en 1993.

Palestinos e israelíes, China y el Dalai Lama, Estados Unidos y Teherán, entre otros muchos, enviaron a Sudáfrica emotivos mensajes de homenaje a Mandela, describiéndolo como una de las principales figuras del siglo XX que inspiró a jóvenes y viejos con su lucha por la igualdad.

En Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, así como en el cuartel general de las Naciones Unidas en Nueva York y en otros muchos países las banderas ondeaban a media asta.

El Empire State Building neoyorquino y la Torre Eiffel de París fueron iluminados con los colores de la bandera sudafricana.

India declaró cinco días de duelo por un hombre que su primer ministro Manmohan Singh calificó de “verdadero discípulo de Gandhi”.

La ministra de Relaciones Exteriores sudafricana, Maite Nkoana-Mashabane, afirmó que la mejor forma de recordar a Nelson Mandela era liberar al continente africano de la pobreza, la violencia y las enfermedades.