Desde el lunes 25 hasta el viernes 29 de noviembre los puestos de salida del Servicio Nacional de Aduanas estuvieron cerrados o solo contaban con atención parcial por el paro convocado por la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales.

Ello obligó a postergar cerca de 21.000 operaciones aduaneras, retrasando la internación y comercialización de un 30% de las importaciones. Según la Cámara Nacional de Comercios, Servicios y turismo de Chile -CNC-, USD$2.150.000 millones estuvieron en riesgo para el rubro.

En el caso de las exportaciones, el 10% habría sufrido consecuencias, debido a la imposibilidad de fiscalización, lo que generó retrasos de embarque. Para Carlos Dumay, vicepresidente de la CNC, lo anterior afecta la “imagen país”.

Marcelo Reyes, presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios de Aduanas, aseguró que la CNC tiene todo el derecho a presentar y argumentar sus reclamos cuando ven afectados sus ingresos.

Reyes subrayó que cuando una mercancía no llega a un puerto de destino -por razones climáticas, por ejemplo-, existen márgenes de costo que los empresarios deben tener contemplados.

Raúl de la Puente, presidente de la ANEF, puso en duda las cifras entregadas por la Cámara Nacional de Comercio e indicó que la responsabilidad del paro de cinco días fue del Gobierno “por su nula respuesta a la petición de reajuste del sector público”.