Como suele ocurrir, se ha informado mal y poco acerca del crispamiento militar frente a las costas de la China. Y esta ha sido la crisis qué más podría acercar al mundo al estallido de la Tercera Guerra Mundial.

En los hechos directos, la crisis se desató el sábado 23 de noviembre cuando China dio a conocer la implantación de una Zona de Defensa Aérea frente a sus costas, en la cual las aeronaves de cualquier tipo que entren en ella tendrán la obligación de identificarse, dar a conocer su plan de vuelo y su ubicación en el espacio aéreo.

Si las aeronaves no se identifican, ello será considerado como actitud inamistosa. Y según sean los movimientos de ella, si llegan a ser amenazantes, podrán provocar acciones defensivas proporcionales por parte de la Fuerza Aérea China.

Son muchos los países que, desde mediados del siglo pasado, han implantado Zonas de Defensa Aérea, incluyendo a Europa, Estados Unidos, Rusia, Australia, Indonesia y las dos Coreas, entre otros. Y es importante destacar que tales Zonas de Defensa son enteramente distintas del llamado Espacio Aéreo Territorial, es decir, las Zonas de Defensa Aérea no constituyen frontera territorial y sólo exigen informar posición y rumbo de los aparatos que la cruzan.

Jamás, hasta ahora, se había considerado que establecer una Zona de Defensa Aérea pudiera significar algún peligro o alguna traba para la navegación aérea. Pero la Zona de Defensa Aérea de China fue dispuesta en un momento y unas circunstancias muy especiales.

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