Un avión de la compañía nacional mozambiqueña LAM, que viajaba a Angola, fue hallado carbonizado en Namibia y no hay ningún superviviente entre las 33 personas que iban a bordo, entre las cuales cinco portugueses y un luso-brasileño.

“Mi equipo en el terreno ha encontrado el aparato. No hay supervivientes. El avión está carbonizado por completo”, declaró a la AFP el coordinador de policía de la región namibia de Kavango (noreste), Willie Bampton, tras varias horas de búsqueda en una zona de pantanos y poco poblada en el parque nacional de Bwabwata, en el noreste de Namibia.

“Según contactos establecidos con el gobierno namibio, hemos recibido la información de que el avión se estrelló y de que no hubo supervivientes”, confirmó en Maputo el ministro mozambiqueño de Transporte, Gabriel Muthisse.

El país declarará un duelo nacional, anunció durante una conferencia de prensa tras una larga reunión de crisis en el palacio presidencial y presentó su pésame a los familiares de la víctima en nombre del gobierno.

El vuelo TM 470 despegó el viernes por la mañana a las 09H26 GMT de Maputo con destino a Luanda, con 27 pasajeros a bordo: diez mozambiqueños, nueve angoleños, cinco portugueses, un francés, un luso-brasileño y un chino, según un comunicado de LAM.

En Lisboa, el ministerio portugués de Relaciones Exteriores precisó que el pasajero presentado como brasileño era en realidad luso-brasileño.

“Lo único que sabemos es que el aparato es el más reciente comprado por LAM”, dijo el ministro mozambiqueño.

El aparato, un Embraer brasileño E190, con un centenar de asientos, y por lo tanto vacío en los dos tercios, estaba equipado con motores de fabricación estadounidense, según el director de investigaciones del ministerio namibio de Transporte, el capitán Ericksson Nengola.

Había “sido entregado en noviembre de 2012″, precisó Embaer en un comunicado.

Nunca llegó a su destino y el último contacto que se pudo establecer fue hacia las 11H30 GMT cuando sobrevolaba el norte de Namibia, donde cayeron lluvias torrenciales.

La Unión Europea prohibió a LAM en 2011 volar en su espacio aéreo, debido a las lagunas de la seguridad civil aérea mozambiqueña más que al balance de la aerolínea.

La policía de Namibia envió a sus equipos de rescate, alertada por colegas de Botswana que “habían visto humo en el aire, pensando que el accidente se había producido en su país”, contó Bampton. “Pero cuando llegaron a la frontera se dieron cuenta de que tuvo lugar en Namibia”.

La aerolínea había estimado el viernes que el avión quizás había tenido que aterrizar cerca de la frontera septentrional de Namibia.

Familiares y amigos que se desplazaron a la sede de la compañía en busca de noticias, expresaron su enfado. “Nos dicen que fue un aterrizaje forzado. Sé que es un accidente”, confesaba el colega de uno de los desaparecidos, Luis Paolo. “¿Cómo puede una compañía nacional no tener información?”.

Según un técnico del aeropuerto, que pidió el anonimato, el avión habría caído a causa del mal tiempo.

El accidente es el más grave en la historia de la aviación civil mozambiqueña desde la misteriosa caída del avión del presidente Samora Machel en 1986 en Sudáfrica, donde murieron 34 personas.