El volante chileno del Cardiff galés Gary Medel, fue, sin dudas, una de las grandes figuras de la selección nacional en sus duelos preparatorios ante Brasil e Inglaterra.

La intensidad de juego mostrada por el ‘Pitbull’ le sirvió para anular a Wayne Rooney, una de las grandes estrellas del fútbol mundial.

En Inglaterra aún no olvidan el nivel mostrado por Medel en aquel partido y que, sumado a sus importantes actuaciones en la Premier, lo ha llevado a ser requerido una vez más por la prensa británica.

En ese sentido, Gary fue entrevistado por el portal Daily Mail, nota donde el chileno se refiere a su carácter dentro y fuera de la cancha, como también a las expulsiones que ha tenido en su carrera debido a lo mismo.

“No voy a cambiar la agresión de mi juego. El fútbol inglés es grande. En España si usted respira recibe una tarjeta amarilla. Aquí es más intenso físicamente. Me gusta ser intenso, me encanta ganar los tackles. No voy a cambiar eso”, aseguró el oriundo de Conchalí.

Y es que como explicó el mismo Medel, “Siempre he hablado con mi fútbol… Yo jugando al fútbol en la calle… Cuando tenía ocho años, me gustaba jugar contra los de 14. Ellos trataban de empujarme pero yo saltaba con fuerza y nunca retrocedía”.

Pero este estilo de juego a veces no es bien visto en el profesionalismo, y eso el ex volante cruzado lo sabe. “Yo soy un buen tipo, pero loco. Soy muy apasionado y muy leal a mis equipos. Las tarjetas rojas y una gran cantidad de los incidentes que he tenido, son casi todos a causa de mi reacción y no mi acción”, agregó el ‘Pitbull’.

Eso sí, por lo menos el jugador de la selección chilena aseveró que está tratando de controlarse y que “estoy aprendiendo y tratando de adaptarme, reaccionar menos, porque sé que debo hacerlo. Estoy madurando”.

Finalmente, Medel contó cosas de su familia y de su infancia, como que tiene dos hermano y una hermana, que su nombre se lo puso su madre por Gary Cooper y recordó una de sus batallas por su querido Sabino Aguad contra el ‘Inter’ en el clásico de Conchalí: “Era como Boca Juniors y River Plate en términos de locura, aunque era amateur. Había que ganar… Cuando tenía 14 años me hice un gol de chilena a dos minutos del final y ganamos. Después del partido, querían matarme… los aficionados, los jugadores. Todos querían pelear conmigo, así que me fui con mi grupo y peleamos con ellos. Fue una gran pelea”.