Con inconsistencias por parte de una de las víctimas según la Defensora Penal Jefe de Osorno, María Soledad Llorente, se inició el juicio contra el sacerdote colombiano Carmelo Márquez Julio, acusado de abuso sexual y tocaciones indebidas en contra de cuatro mujeres, una de ellas menor de edad.

Conforme a las declaraciones vertidas por el imputado en la primera etapa del juicio, todo sólo sería un mal entendido dado que la acción realizada en las jóvenes habría sido una imposición de manos como señal de limpieza del alma, hecho que las denunciantes habrían interpretado como tocaciones.

Es más, Llorente señaló que la primera víctima reconoce delante de los magistrados que ella participaba de la confesión cuando fue objeto de una imposición de manos.

En el contexto de lo anterior es que justamente se centrará el debate, vale decir, que dicha acción ejecutada por su representado configura o no un delito penal y por el cual se está acusando. La defensora añadió que durante la declaración del imputado frente a los jueces quedó de manifiesto que éste gesticula mucho, utilizando mucho las manos para comunicarse.

En tanto y desde la otra vereda se refirió el representante del Ministerio Público en el caso, Fiscal Jaime Sáez, quien dio a conocer las penas solicitadas en el caso de que el imputado sea declarado culpable, añadiendo que como ente persecutor cuentan con gran cantidad de prueba testimonial con la cual buscan reafirmar su tesis.

Sáez explicó que –desde su postura- queda de manifiesto la intencionalidad del sujeto, toda vez que si bien la imposición de manos está permitida ésta debe ajustarse a la confesión de la persona, sumándose la entrega voluntaria del sacerdote de datos personales, para continuar “en contacto” con las jóvenes.

Mencionar que la instancia legal se espera que sea de largo aliento, considerando que sólo la parte persecutora ha determinado presentar más de 20 declaraciones entre testigos y peritos, donde hasta éste mediodía sólo fue llamada al estrado una de ellas correspondiente a una de las víctimas.