Dos conocidos escritores rusos no participarán en la gran reunión de la comunidad literaria con Vladimir Putin el jueves, para protestar contra la existencia de “presos políticos”, según explicó este miércoles uno de ellos, Boris Akunin.

Se espera que el encuentro reúna a más de 500 escritores, poetas, traductores o profesores de letras en torno a Putin para tratar los problemas del sector literario, según un comunicado del Kremlin.

Akunin, autor fundamentalmente de novelas policíacas históricas traducidas en el mundo entero y cercano a la oposición rusa, anunció en su blog que se negará a ir a la reunión, debido a la presencia de Putin.

“Mientras que el país haya presos políticos, no puedo estar cerca del dirigente, en la misma habitación que él”, escribió.

“Prometen una próxima amnistía. Veamos si se aplica a los prisioneros del 6 de mayo”, detenidos en una manifestación contra el régimen en 2012 en la plaza moscovita de Bolotnaya, prosiguió Akunin.

“Veamos si se abre un tercer proceso contra Jodorkovski. Veamos si Nadejda Tolokonikova y Maria Alejina son liberadas”, añadió, refiriéndose al exmagnate del petróleo y opositor al Kremlin, encarcelado desde 2003, y a las dos integrantes del grupo de música punk Pussy Riot, que purgan una pena de dos años de detención.

Según el escritor, aceptar reunirse “con un dirigente autoritario” significa “aprobar sus métodos”.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, replicó que la postura del autor muestra “nihilismo” y no es “constructiva”.

“No entiendo qué quiere decir con presos políticos. ¿Los detenidos en el caso ‘Bolotnaya’?”, se preguntó.

“No hay presos políticos (…) Están acusados de vandalismo y violencia contra los agentes del orden. Esto no tiene nada que ver con la política”, aseguró Peskov.

Dmitri Bykov, otro famoso escritor cercano a la oposición, también anunció su ausencia de esa reunión. “Actualmente no creo en el diálogo con el poder”, dijo en la radio Eco de Moscú.

El diario Vedomosti denunció el miércoles en un editorial la posibilidad de ver reaparecer una Unión de Escritores como la de la época soviética, que concedía ventajas y privilegios a cambio de tener el control ideológico de los autores.