China pidió el miércoles “explicaciones” por la orden de captura emitida por la justicia española contra el ex presidente Jiang Zemin, acusado de “genocidio” en el Tíbet, y advirtió que ese procedimiento podría afectar las relaciones con Madrid.

Las autoridades chinas están al tanto de las informaciones sobre esa orden de detención y pidieron a las autoridades españolas una “explicación”, afirmó Hong Lei, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino.

Si la información publicada en la prensa es correcta, China “expresa su fuerte descontento y firme oposición a los organismos competentes en España”.

Pekín espera que las autoridades españolas “no hagan cosas que perjudiquen a la parte china y la relación entre China y España”, añadió.

La Audiencia Nacional, principal instancia penal española, emitió una orden de detención internacional contra el ex jefe de Estado y del Partido Comunista chino Jiang Zemin y el ex primer ministro Li Peng apoyándose en la doctrina de la jurisdicción universal, que permite a los tribunales juzgar la vulneración de derechos humanos cometidos en otros países.

La justicia española se considera competente para investigar las acusaciones de “genocidio” dado que uno de los querellantes, el tibetano exiliado Thubten Wangchen, tiene nacionalidad española y la justicia china no abrió ninguna investigación al respecto.

El procedimiento se abrió en 2006, cuando el Comité de Apoyo al Tíbet (CAT) y la fundación Casa del Tíbet presentaron una demanda contra cinco altos cargos chinos alegando que son responsables de “genocidio, crímenes de lesa Humanidad, tortura y terrorismo” contra los tibetanos en los años 1980 y 1990.

En un auto fechado del lunes y divulgado el martes, la Audiencia Nacional consideró que existen “indicios de la participación” de Jiang, Li y otros tres responsables políticos.

El 11 de octubre, la Audiencia Nacional había ampliado la investigación al expresidente Hu Jintao, que no está cubierto por la inmunidad presidencial desde que dejó sus funciones en noviembre de 2012.

Hong, el portavoz de la diplomacia china, culpó a los “separatistas tibetanos” de utilizar “rumores” y “calumnias” para hacer “acusaciones falsas” contra China.

“Estos medios están condenados a fracasar”, añadió Hong.

“La posición de China en los temas relacionados con Tíbet es clara y consistente”, añadió.