Pakistán impuso este sábado el toque de queda en la ciudad de Rawalpindi, donde los enfrentamientos del viernes entre chiitas y sunitas dejaron ocho muertos y más de 40 heridos, informaron los funcionarios.

“Se impuso un toque de queda en la ciudad de Rawalpindi para evitar nuevos actos de violencia tras los incidentes del viernes”, dijo a la AFP Waseem Ahmed, un funcionario.

“El toque de queda durará hasta la medianoche del sábado. Toda la ciudad está cerrada”, añadió.

La violencia estalló el viernes en Rawalpindi, ciudad vecina de la capital Islamabad, cuando una procesión de musulmanes chiitas, que celebraban el día más importante del mes de luto del Muharram, coincidió con los asistentes al sermón en un mezquita sunita.

Los manifestantes chiitas atacaron la mezquita sunita y el seminario, incendiando su edificio y un mercado adyacente de ropa.

Posteriormente, los grupos rivales se atacaron unos a otros, a los cámaras de televisión y a las fuerzas de seguridad y realizaron disparos.

Las autoridades desplegaron un gran número de tropas en la ciudad e impusieron un toque de queda. Los soldados patrullaban las calles para evitar la llegada de manifestantes procedentes de otras ciudades.

Todos los puntos de acceso a Rawalpindi estaban cerrados, lo que provocó el caos en el tráfico de la ciudad.

Fuentes médicas informaron de que las personas heridas durante los enfrentamientos del viernes tienen múltiples lesiones.

“Podemos confirmar la muerte de ocho personas por la violencia. Recibimos un total de 44 personas heridas, 13 de ellos con heridas de bala”, dijo Qasim Khan jefe del servicio de urgencias de un hospital de Rawalpindi.

El mes del Muharram dura hasta el 3 de diciembre y en el se conmemora el martirio en el año 680 de Husein, nieto del profeta Mahoma.