Los médicos y las enfermeras culpables de actos de negligencia deliberada en el servicio británico de salud pública se exponen en el futuro a penas de cárcel, anunció el gobierno el sábado, en respuesta a varios escándalos.

Esta medida se inscribe dentro de una amplia reforma del National Health Service (NHS), el servicio público de sanidad, cuyos principales ejes se darán a conocer la semana que viene. Debe responder a los varios escándalos que han sacudido la institución en los últimos años.

El más llamativo fue el del hospital público de Stafford, en el centro de Inglaterra, donde se estima que hasta 1.200 pacientes murieron por negligencias o falta de cuidados entre 2005 y 2009.

Según el informe de una comisión de investigación publicado en febrero, los enfermos, en muchos casos personas mayores, se quedaban durante horas con sus excrementos encima, y se veían privados de comida y bebida.

Algunos incluso tuvieron que beber agua de floreros para aliviar su sed.

El nuevo proyecto gubernamental promete remediarlo y prevé penas de hasta cinco años de cárcel en caso de negligencia grave.

“Nunca más permitiremos que la negligencia, la crueldad o la falta de cuidados pasen desapercibidos o queden impunes”, avisó el sábado el primer ministro, David Cameron.

La Asociación de Médicos Británicos teme, por su parte, que la amenaza de penas de cárcel instaure un “clima de miedo” en los hospitales del NHS, el mayor servicio público de salud del mundo, con 1,7 millones de personas empleadas.