China detalló este viernes las reformas previstas en los próximos años para reducir el control del Estado sobre la segunda economía mundial, tras la reunión plenaria del comité central del Partido Comunista concluida esta semana.

Entre los planes desvelados en un documento por la agencia oficial Xinhua, figura la idea de que las compañías públicas paguen más dividendos al gobierno, y que las compañías privadas tengan un papel más importante en la economía.

Para 2020, el gobierno requerirá el 30% de los beneficios obtenidos por las empresas de capital público, para alimentar mejor los fondos de seguridad social.

Actualmente, las 113 mayores empresas públicas, bajo control directo del gobierno central, suelen pagar en dividendos al ejecutivo entre un 5 y un 20% de sus ganancias.

La reducción de las inmensas cantidades de liquidez de las empresas estatales permitirá disminuir sus capacidades excedentarias de producción y permitirán una mayor competitividad en el sector privado, según Liu Ligang, economista del banco australo-neozelandés ANZ.

China también permitirá que empresas con capital privado adquieran participaciones en proyectos financiados por el gobierno, según Xinhua, que no dio más detalles.

El gigante asiático permitirá igualmente la creación de pequeños bancos privados, según el documento. Actualmente, el país cuenta con muy pocas entidades financieras privadas.

Igualmente, promoverá la liberalización de sus tasas de interés y seguirá promoviendo la convertibilidad de la divisa nacional, el yuan.

En la actualidad es el gobierno el que establece las tasas de los depósitos, aunque en julio el banco central permitió que las entidades decidan por su cuenta las tasas aplicadas a los préstamos.