En un caso de momias chilenas traficadas ilegalmente en Europa se tornó la información revelada por medios de prensa suizos y un historiador nacional, quien este miércoles denunció a BioBioChile la inhumación de restos de soldados de la Guerra del Pacífico en la nación helvética, debido a que -supuestamente- el gobierno de Chile no se habría interesado en repatriarlos.

Con ayuda de Brenda Ceballos, una ariqueña residente en Suiza desde hace dos décadas, el historiador Mauricio Pelayo logró obtener la versión de uno de los funcionarios que siguió el proceso de investigación arqueológica y posterior sepultura de los restos, a condición de reserva de su identidad.

Según narró el funcionario suizo, el tema se gestó en 2007 cuando un coleccionista que había ingresado ilegalmente con varios cuerpos momificados desde Chile a Europa, decidió realizar una exposición para venderlos, situación que actualmente está siendo vista por los tribunales de justicia.

Debido a que no encontró compradores para los restos arqueológicos, el coleccionista arrumbó las momias en una bodega que no poseía las condiciones para conservarlas, situación que fue alertada a las autoridades suizas, quienes confiscaron los cuerpos y dieron aviso a los gobiernos chileno y peruano para iniciar las pericias.

Tras el arribo de dos arqueólogas nacionales, Claudia Prado, de la Comisión de Arqueología del Consejo de Monumentos Nacionales y Vivien Standen, de la Universidad de Tarapacá, las profesionales pudieron constatar que entre los restos habían 4 momias de la cultura chinchorro, las cuales fueron repatriadas en 2011.

Además, se indicó que habían 10 cabezas momificadas y 2 cadáveres completos con una data de muerte que sería superior a los 200 años, por lo que no corresponderían a soldados de la Guerra del Pacífico.

BioBioChile se comunicó con la arqueóloga Vivien Standen, quien confirmó la pericia a los cuerpos.

“Encontramos dos cuerpos con momificación natural, uno chileno y el otro peruano. Sin embargo eran totalmente falsos, estaban armados con trozos de distintos cuerpos. Había un tronco unido con alambres galvanizados y telas tan modernas que incluso tenían etiquetas. Probablemente hicieron este montaje de cuerpo para simular (que las momias eran soldados)”, indicó.

Standen añadió que si bien interrogaron al coleccionista respecto de dónde provenían los restos humanos, se negó a entregar detalles pues sabía que había incurrido en un ilícito.

Esta información fue confirmada a Radio Bío Bío en Santiago por el propio canciller Alfredo Moreno:

Sin embargo, la arqueóloga de la Universidad de Tarapacá afirmó que aunque ella recomendó repatriar todos los restos para realizar mayores análisis, el gobierno chileno sólo aceptó traer los de las 4 momias chinchorro.

“Sugerimos repatriarlos, pero la decisión oficial no se aceptó. (Al final) trajimos 4, los que fueron enviados por Suiza”, concluyó.

Si bien esta aclaración prácticamente descarta que los cuerpos hayan pertenecido a soldados de la Guerra del Pacífico, se abre una nueva arista sobre la forma en que estos restos arqueológicos fueron sacados de Chile, caso sobre el que el funcionario suizo prefirió no ahondar debido a que se encuentra en proceso judicial.