Irán y la agencia atómica de la ONU acordaron este lunes una agenda de inspección del programa nuclear iraní, mientras Occidente sigue presionando a Teherán para lograr un acuerdo más amplio tras los avances logrados en Ginebra.

El calendario de cooperación fue acordado durante una visita a Teherán del diplomático japonés Yukiya Amano, director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), que desde hace años intenta verificar la naturaleza del programa nuclear iraní.

Irán ha aceptado “voluntariamente” que los inspectores de la agencia visiten Arak, donde hay un reactor de agua pesada y al que intentan acceder desde 2011, indicó el jefe de la organización nuclear iraní, Ali Akbar Salehi.

También visitarán la mina de uranio de Gachin, cerca del puerto de Bandar Abbas (sur), añadió Salehi.

Sin embargo, no se prevé una visita a la base militar de Parchin, cerca de Teherán, donde la agencia de la ONU cree que las autoridades han llevado a cabo explosiones de prueba.

Las inspecciones forman parte de la primera fase del calendario, de una duración de tres meses, en los que el objetivo es “crear más confianza entre ambas partes”, dijo Salehi.

“En las fases siguientes nuestros expertos y los de la AIEA hablarán sobre otras cuestiones, como las que no tienen un componente nuclear directo”, explicó el jefe de la organización nuclear iraní.

El acuerdo tiene lugar después de un fin de semana de intensas negociaciones en Ginebra entre Irán y las potencias del grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania).

Tras esperarse un acuerdo inminente, las partes no alcanzaron ningún acuerdo político sobre el programa nuclear de Irán, que según la República Islámica es sólo civil, aunque Occidente e Israel sospechan que el objetivo es la bomba atómica.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, responsabilizó este lunes a Irán de la falta de acuerdo en Ginebra.

Las grandes potencias del “grupo 5+1 estaban unidas el sábado al presentar su propuesta a los iraníes (…), pero Irán no pudo aceptar, en ese momento en particular no estuvo en medida de aceptar” dijo Kerry en Abu Dabi, donde se encuentra de visita.

Kerry dijo no obstante que espera “poder alcanzar en los próximos meses un acuerdo aceptable para todos”.

Según los participantes, las negociaciones de Ginebra permitieron al menos un gran avance, y continuarán el 20 de noviembre.

Occidente quiere garantías sobre el stock iraní de uranio enriquecido al 20%, etapa previa a un eventual enriquecimiento al 90% que permitiría fabricar bombas atómicas.

También quiere garantías sobre el parque de 19.000 centrifugadoras y la fabricación de una nueva generación de máquinas cinco veces más rápidas, y sobre el reactor de agua pesada de Arak.

Ese reactor, que podría estar operativo a finales de 2014, tiene como función oficial la producción de plutonio con fines de investigación médica. Occidente teme, en cambio, que se emplee con fines militares.

A cambio de un acuerdo, Irán espera una reducción “limitada y reversible” de ciertas sanciones, como el congelamiento de los haberes iraníes en bancos situados fuera de Estados Unidos.

Kerry dijo también este lunes que comprende “las inquietudes” del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que ha venido haciendo campaña contra el proyecto de acuerdo con Irán. El secretario de Estado dijo, en un intento por tranquilizarlo, que “lo que estamos haciendo protegerá a Israel de forma más eficaz”.

El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, acusado por algunos de bloquear las negociaciones en Ginebra, aseguró que las grandes potencias están “absolutamente de acuerdo” sobre los términos de las conversaciones y que “todavía hay dos o tres puntos que plantean dificultades”.

“No estamos lejos de un acuerdo con los iraníes, pero todavía no hemos llegado”, dijo Fabius.