Los familiares de las víctimas de la masacre de 1985 en Colombia, señalaron durante la toma de Palacio de Justicia por parte del movimiento guerrillero M-19, que esperan un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) para inicios del 2014.

Sobrevivientes y parientes de víctimas presentan sus testimonios ante el tribunal, que sesiona esta semana en Brasilia. Ante la CorteIDH también acude el representante del estado colombiano, para los descargos, además de peritos.

“Después de las audiencias, tenemos un mes para presentar los alegatos escritos y, a partir de allí, la Corte se toma entre tres y seis meses para una decisión”, dijo a la AFP Viviana Krsticevic, directora ejecutiva del Centro por la Justicia del Derecho Internacional (CEJIL), organización que representa a los demandantes.

En 2012, fue condenado a 30 años de cárcel uno de los militares responsables de la operación que recuperó las instalaciones del Palacio, que había sido tomado por un grupo de la guerrilla nacionalista Movimiento 19 de Abril (M-19).

En la toma y recuperación del Palacio de Justicia, el 6 y 7 de noviembre de 1985, hubo un centenar de muertos, entre ellos 11 magistrados, y 11 personas resultaron desaparecidas. El edificio quedó en ruinas por el incendio que se desató y los disparos de los blindados que ingresaron.

Para los deudos, no todas las responsabilidades se han delimitado.

“Pedimos que se haga una búsqueda seria, profunda del paradero de los desaparecidos, y que se investigue con vigor las responsabilidades penales de muchas personas vinculadas a torturas y ejecuciones extrajudiciales y desapariciones probadas”, agregó Krsticevic. También exigen una indemnización.

Entre los sobrevivientes cuyo testimonio se entrega ante la CIDH está Yolanda Santodomingo, quien junto a un compañero de estudios, Eduardo Matson Ospino, estaba en el Palacio de Justicia de Bogotá cuando ocurrieron los hechos.

Ambos fueron detenidos, acusados de formar parte de la guerrilla y llevados a instalaciones militares tras la operación, donde fueron agredidos. La intervención de un tío de Matson, político de la época, facilitó su liberación.

La guerrilla M-19 se pacificó en 1990 y se benefició de una amnistía.