El super tifón Haiyan, anunciado como el ciclón más violento del año, comenzó a golpear Filipinas este viernes por la mañana provocando inundaciones y destruyendo edificios en regiones del centro del archipiélago.

Haiyan se encontraba sobre la isla de Samar, a unos 600 km al sudeste de Manila, tras haber tocado tierra en la ciudad costera de Guiuan a las 04H40, hora local, (20H40 GMT del jueves) con vientos de hasta 315 km/h.

El tifón, clasificado en la categoría más elevada, la 5, se dirige a una velocidad de 39 km/h hacia el noroeste y al mar de China Meridional, según Romeo Cajulis de la agencia nacional de meteorología.

La fuerza del viento convierte a Haiyan en uno de los ciclones más fuertes registrados en el mundo y en el más potente en tocar tierra “de la Historia”, según Jeff Masters, director de meteorología del Weather Underground basado en Estados Unidos.

Masters indicó que espera que los daños en Guiuan, una localidad de pescadores de unos 40.000 habitantes, sean “catastróficos”.

“Quizá el mayor daño causado por el viento que cualquier ciudad de la Tierra haya sufrido por un ciclón tropical en el pasado siglo”, escribió Masters en su blog de la web www.wunderground.com.

Las comunicaciones con Guiuan estaban cortadas tras la llegada del tifón y defensa civil indicó que es muy pronto para evaluar los daños.

Pero en la localidad costera de Tacloban, una ciudad cercana a Guiuan de más de 200.000 habitantes, las calles estaban inundadas y varios edificios se derrumbaron, según imágenes de la cadena de televisión ABS-CBN.

Hasta el momento, no se informó de ninguna víctima.

Según Masters, el récord del tifón más poderoso que tocó tierra lo poseía el huracán Camille que golpeó Misisipi, en Estados Unidos, con vientos de hasta 305 km/h en 1969.

PREPARACIÓN PARA EL DESASTRE

El presidente filipino, Benigno Aquino, advirtió el jueves a la población que se preparara para la llegada de esta tormenta cuyas rachas de viento alcanzaron picos de hasta 380 km/h en su avance hacia Filipinas.

“A nuestros responsables locales, vuestros residentes se enfrentan a un grave peligro. Hagamos todo lo que podamos mientras que (Haiyan) no ha golpeado todavía el país”, declaró Aquino en un discurso transmitido por la televisión nacional.

“Podemos disminuir las consecuencias de este tifón si nos ayudamos unos a otros. Mantengamos la calma, sobre todo cuando compremos productos de primera necesidad y al desplazarnos a lugares seguros”.

Aquino advirtió que las zonas expuestas al frente del tifón, de 600 km, sufrirán fuertes inundaciones y vientos devastadores, mientras que las áreas costeras podrían quedar sumergidas por olas de seis metros de altura.

Más de 125.000 personas de las zonas más vulnerables fueron evacuadas antes de la llegada del tifón, según defensa civil. Millones de personas permanecen encerradas en sus casas.

Según las autoridades, se cerraron colegios, los transbordadores fueron suspendidos y los pescadores recibieron la orden de asegurar sus embarcaciones.

El tifón no pasará por Manila, pero la capital de Filipinas podría sentir sus efectos por lo que numerosos colegios cerraron.

Philippine Airlines, Cebu Pacific y otras compañías aéreas anunciaron la suspensión de cientos de vuelos, en su mayoría internos, pero también algunos internacionales.

Cerca de 16 millones de personas, entre ellas 12 millones en Filipinos, se encuentran en la trayectoria del tifón. La tormenta atravesará Laos y Vietnam el domingo.

“Es un tifón muy peligroso. Los responsables locales (en Filipinas) saben cuáles son las zonas más vulnerables y han pedido que sean evacuadas”, declaró a la AFP Glaiza Escullar, de la Agencia Nacional de Meteorología.

Además, en su trayectoria casi no hay montañas lo que habría permitido atenuar su fuerza rápidamente, añadió.

Cada año, Filipinas sufre unas 20 grandes tormentas o tifones, generalmente entre junio y octubre.

En la trayectoria de Haiyan se encuentran regiones muy vulnerables que todavía tratan de recuperarse tras el paso de tormentas y del sismo de magnitud 7,1 ocurrido el mes pasado en la isla de Bohol (centro) en el que 222 personas murieron.

Unos 5.000 supervivientes del terremoto todavía viven en campamentos improvisados y fueron trasladados a colegios que se convirtieron en centros de evacuación.

La isla de Mindanao (sur) también es muy vulnerable. La tormenta Washi dejó en esta zona más de mil muertos en diciembre de 2011 y el tifón Bopha casi 2.000 fallecidos y desaparecidos en 2012.