La instalación de una estatua del difunto líder venezolano Hugo Chávez en una ciudad boliviana donde un accidente de avión dejó ocho muertos por la falta de un carro de bomberos, generaba este viernes fuertes críticas contra el gobierno del presidente Evo Morales.

Los vecinos de Riberalta –650 km al noreste de La Paz, donde Morales entregó el monumento el miércoles– debieron acudir el domingo pasado en masa al aeropuerto y, debido a la falta de servicios de emergencias en la estación aeroportuaria, intentar infructuosamente con ramas de árboles, tierra y cubos de agua apagar el fuego de un avión en llamas.

El presidente del grupo parlamentario de Beni en el Congreso, Juan Carlos Ojopi, cuestionó a Morales por realizar en esa ciudad “este gasto innecesario, superfluo, e inaugurar una estatua de Chávez en vez de invertir en condiciones de seguridad para el aeropuerto de Riberalta”, según dijo en diálogo telefónico con la AFP.

“Si (Morales) quiere rendir homenaje a sus próceres, por qué no lo lleva al Chapare (región cocalera y cuna sindical y política del mandatario)” protestó David Coca, presidente del Comité Cívico de Beni. “Cómo si no tuviéramos próceres acá, estamos muy molestos”, agregó.

Pobladores de Riberalta se mostraron ofuscados ante medios locales por la instalación del monumento mientras el aeropuerto continúa sin un carro de bomberos que, de haber existido, pudo haber salvado vidas humanas, según testigos de la tragedia.

“No queremos un monumento a Chávez en el pueblo. El gobierno debe instalar servicios de emergencia, no monumentos. ¿Cuáles son las prioridades?”, se preguntó una residente ante la televisión local.

“Si hubiéramos tenido un carro bombero no hubiera habido muertos”, lamentó por su parte el médico Luis Alberto Suárez, uno de los sobrevivientes, consultado por el diario El Deber.

Pobladores al rescate

El domingo por la tarde un avión Fairchild de la empresa privada Aerocon se prendió fuego tras despistarse en el aeropuerto de Riberalta.

La aeronave, al parecer con un problema en un motor y afectada por el mal tiempo reinante, salió de pista, se incrustó contra unos pastizales, se quebró tras volcarse y se incendió de inmediato.

Sin la presencia de equipos de emergencia, la asistencia que brindaron los pobladores de las cercanías fue caótica y desesperada, aunque clave para salvar a muchos de los 10 heridos que fueron sacados del avión, entre la humareda y las llamas, y trasladados a hospitales.

Muchas de las ventanas de la aeronave lograron ser rotas para que salieran varios pasajeros que permanecían atrapados y a punto de ser alcanzados por el fuego.

Riberalta, es una pequeña ciudad de la Amazonia boliviana de 100 mil habitantes, perteneciente al departamento Beni, mayormente opositora a Morales.

El gobernador de Beni, Carmelo Lens, líder de la oposición regional, lamentó que se haya rendido homenaje a Chávez, “un personaje ajeno al país, sin importar el luto del pueblo”.

“Yo expreso mi rechazo, no como autoridad sino como ciudadano, a ese acto abusivo por parte del municipio de Riberalta”, que sin embargo es afín a Morales, protestó Lens a medios locales.

En una placa se puede leer que la estatua, de 3 metros de alto, fue encomendada “por las organizaciones sociales de Riberalta que rinden su homenaje de admiración y respeto al Cmdte. Hugo Chávez Frías”.

El monumento agradece además la ayuda para el desarrollo regional que ha brindado el gobierno venezolano, uno de los mayores aliados políticos e ideológicos de la gestión de Evo Morales.

Venezuela financia, entre otras obras en la zona, la construcción de una carretera por 300 millones de dólares, desde los Andes hasta la Amazonia, que se conecta con Riberalta, y es parte de la vía interocéanica oeste-noreste.

Moisés Shiriqui, alcalde de Trinidad, capital de Beni, un exmilitar opositor a Morales, dijo que no todos los recursos venezolanos son donaciones sino “créditos que en algún momento los benianos tendremos que devolver”.

El ministro de Finanzas de Bolivia, Luis Arce, señaló que la deuda del país con Venezuela totaliza 166 millones de dólares, en respuesta a versiones de la oposición que cifraban ese compromiso por encima de 2.000 millones de dólares.

La deuda bilateral con Venezuela era de 32,6 millones de dólares, antes de que Morales, aliado ideológico y político de Chávez, asumiera su primera presidencia en 2006.