El documental chileno ‘Pena de muerte’, del realizador viñamarino Tevo Díaz, que se estrena este 7 de noviembre gracias al programa MIRADOC, es un efectivo viaje en el tiempo a la ciudad de Viña del Mar en los años 80. Específicamente al caso conocido como “los psicópatas de Viña del Mar”, el puzzle policial que tuvo a la Ciudad Jardín bajo el imperio del terror a raíz de una serie de crímenes: 10 asesinatos y cuatro violaciones. La seguidilla de escabrosos delitos quedó resonando en la cabeza del director, que por entonces era apenas un niño.

Tópico ineludible en la biografía de Tevo Díaz, el cineasta creció con la idea de concretar algún día una investigación sobre el suceso, que en pleno gobierno militar acaparó portadas y la atención de periodistas y opinión pública. “Viví de cerca lo sucedido entre 1981 y 1985, cuando ocurrieron los crímenes del denominado psicópata de Viña del Mar. Tenía 9 años y no me dejaban ni salir a comprar a la esquina. Había un tremenda paranoia, un verdadero terror colectivo… ésa fue la génesis de este proyecto”, cuenta el cineasta.

‘Pena de muerte’, ganadora del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar 2012, es una acuciosa investigación de los detalles que rodearon este caso policial y sus implicancias, como la detención de los carabineros Jorge Sagredo y Carlos Topp Collins, sindicados como los Psicópatas de Viña, que fueron juzgados y condenados a muerte. “La casa donde crecí estaba muy cerca, dos o tres cuadras, de la prefectura de Viña del Mar donde trabajaban Sagredo y Topp Collins”, recuerda Díaz. “Siempre pasaba por ahí y los veía, aún recuerdo la cara de Sagredo. Cuando salieron en la prensa apuntados como los psicópatas sentí terror”.

Fueron más de dos años de rodaje, indagando, entrevistando fuentes y ordenando este puzzle de la historia policial y judicial chilena, para fraguar un documental como pocas veces se ha visto en el país: una nutrida muestra de pruebas y testimonios que reconstruyen los crímenes, animaciones pedagógicas y notables recreaciones de los hechos que respiran un estilo y formalismo a lo David Fincher en “Zodiac”.

Para los registros, Díaz utilizó varios formatos: “Recreé algunos crímenes con actores y los filmé en 16mm. Ciertas recreaciones de época las hice con una cámara Súper 8 en blanco y negro y otras con una cámara Betamax de 1980, con cintas que conseguí en un subterráneo de Nueva York a 500 pesos la caja”. Además están los valiosos materiales de archivo de UCV TV. “Quise reproducir el misterio y el miedo que se vivía en esa época”, puntualiza el director.

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