El sacerdote mexicano Pedro Pantoja, un férreo activista por los derechos de los indocumentados, propuso este lunes establecer un diálogo con el crimen organizado para detener la incesante violencia y reveló que ya ha tenido contactos que derivaron en la liberación de varios secuestrados.

“Nos gustaría mejor dialogar con el crimen organizado que con el gobierno”, dijo Pantoja, quien dirige el refugio para migrantes Posada Belén en la ciudad de Saltillo, capital del estado de Coahuila (norte), uno de los más afectados por la violencia del narcotráfico y de la lucha militar antidrogas.

En una charla sobre migración con alumnos de la privada Universidad Iberoamericana, Pantoja se declaró “impotente” por los pocos resultados que ha obtenido tras más de una década de sostener diálogos con el gobierno para detener los secuestros y asesinatos de migrantes a manos de delincuentes, en algunos casos coludidos con las propias autoridades.

“El gobierno quiere lavarse la cara diciendo que se reúne con nosotros (…) pero nos parece más atinado” intentar contactar con el crimen organizado, añadió Pantoja.

Más de 20.000 indocumentados, la mayoría procedentes de Centroamérica, son secuestrados cada año en México por delincuentes que después reclaman el pago de rescates a sus familiares, de acuerdo con el último informe en la materia de la oficial Comisión Nacional de Derechos Humanos (Ombudsman).

En declaraciones a la AFP, Pantoja argumentó que la idea de contactar a integrantes de bandas delictivas “tiene su fundamento en otras experiencias extra continentales”.

“Compañeros de lucha de Colombia y África” han compartido con activistas mexicanos cómo “han podido llegar hasta cúpulas asesinas” deteniendo un poco la violencia en esos países, comentó.

“Creo que sí podemos penetrar en las entrañas de crimen organizado; claro que es algo delicado y complejo”, admitió Pantoja, quien ha recibido numerosas amenazas por su labor en el albergue, donde se ofrece comida, cama y asesoría a los migrantes.

Pantoja dijo que su organización ya ha tenido algunos contactos con el crimen organizado y en los últimos tres años ha logrado la liberación de cuatro mexicanos secuestrados en Coahuila, una región donde en ese lapso se han multiplicado las denuncias por desapariciones.

Al respecto, el obispo de Saltillo, Raúl Vera -cuyo nombre ha sido mencionado como candidato al premio Nobel de la Paz en años pasados por su defensa de los migrantes y reclamos al gobierno-, dijo a la AFP que esas liberaciones fueron producto de “contactos indirectos” con familiares de integrantes de bandas delictivas.

Pantoja y Vera forman parte de un colectivo de religiosos mexicanos que han establecido refugios para migrantes a lo largo de su trayecto clandestino por México sobre trenes de carga para llegar a Estados Unidos.