Varios miles de iraníes celebraron el lunes en Teherán el 34º aniversario de la toma de la embajada norteamericana gritando “muerte a Estados Unidos”, a pesar de un tímido acercamiento entre estos dos países enemigos.

La movilización fue más importante que los años anteriores, constató un periodista de la AFP. Grupos conservadores convocaron estas manifestaciones en señal de desafío a Estados Unidos, a pesar de los gestos conciliadores hacia Occidente del presidente moderado Hasan Rohani, electo en junio.

A la espera de nuevas negociaciones esta semana en Ginebra entre las grandes potencias e Irán sobre el programa nuclear iraní, los manifestantes agitaron maquetas de centrifugadoras utilizadas para enriquecer uranio, en señal de la “resistencia de la nación contra las sanciones”, según una pancarta.