Una serie de ataques dejó al menos 13 muertos el lunes en el norte de Irak, presa desde hace 10 años de una ola de violencia que alcanzó en octubre niveles inéditos desde hace cinco años.

Los ataques del lunes fueron perpetrados principalmente contra las fuerzas de seguridad por segundo día consecutivo.

En el ataque más mortífero, varias cargas estallaron contra una comisaría de policía en Charqat, una ciudad de mayoría sunita de la provincia de Saladino, matando a cuatro policías y dejando una decena de heridos, según fuentes médicas y policiales.

En Tikrit (norte), un coche bomba activado por un kamikaze estalló cerca de una academia de policía, al día siguiente del lanzamiento de una campaña de reclutamiento, matando a una personas e hiriendo a nueve.

Asimismo, dos kamikazes atacaron una comisaría en la provincia de Kirkuk, matando a dos policías e hiriendo a otros siete.

Por otra parte, hombres armados asesinaron a tres funcionarios y a un policía en dos ataques separados en la ciudad de Mosul (norte) y dejaron un cuarto herido.

Explosiones en dos diferentes ciudades al norte de Bagdad dejaron otros dos muertos, entre ellos un soldado.

Más de 5.400 personas han muerto en Irak en lo que va del año, según un balance de la AFP basado en fuentes médicas y de seguridad.

La violencia en Irak ha vuelto a niveles de 2008 y hace temer que el país se hunda de nuevo en la violencia entre sunitas y chiitas de los años 2006 y 2007, cuando murieron decenas de miles de personas.