Un impactante asesinato registrado esta semana, en que un niño de 11 años murió tras recibir machezatos por parte de otros dos menores de 11 y 14 años en el departamento uruguayo de Maldonado (sureste), conmocionó al país sudamericano.

La jueza de menores de Maldonado resolvió el jueves internar al adolescente de 14 años, procesado por infracción gravísima y homicidio, en dependencias para menores infractores del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU). Su amigo de 11 años también está internado en dependencias del instituto, pero todavía a disposición del Juzgado de Familia, informó el sitio en internet del diario El País.

El crimen ocurrió en la tarde del martes y salió a la luz hacia la medianoche, cuando el cuerpo del pequeño Jonathan Estela fue hallado por un vecino en un aljibe de unos tres metros de profundidad en una casa abandonada de las afueras de la capital departamental. La madre había denunciado su desaparición pocas horas antes, desencadenando la búsqueda por parte de la Policía y vecinos.

Según la crónica de El País, el homicidio ocurrió poco después de las 13:00 horas, cuando los niños, premunidos de machetes y cuchillos, invitaron a su víctima a cazar pájaros.

Según el periódico, el menor de 14 años declaró que tenía diferencias con su víctima y que lo odiaba, al punto de haber soñado con su muerte.

La investigación reveló que los niños treparon la ladera de un cerro hasta una casa de piedra abandonada, donde atacaron a Jonathan. El niño pudo escapar de sus agresores tirándose al aljibe. En ese momento éstos le dijeron que todo había pasado y el mayor le dio la mano para ayudarlo a salir. Pero ya afuera, volvieron a atacarlo hasta matarlo.

Luego lo tiraron al pozo, regresaron a su casa y se fueron a jugar al fútbol con amigos.

Lo que sorprendió en filas policiales fue la saña y premeditación del trágico hecho, señaló El País. Además de planear el ataque, el niño de 11 años le pidió a su hermanastra de 5 años que los acompañara: el plan era decir que el niño asesinado había querido abusar de la niña y que ellos la habían defendido.

Pero fue la niña, que presenció todo lo ocurrido, quien finalmente relató los hechos a la justicia.

El psicólogo Daniel Guadalupe, que trabaja en el INAU de Maldonado, dijo a Subrayado que se trata de un hecho “aislado”, que responde a un cuadro psicopatológico.