Con motivo que el jueves 31 de octubre, muchos niños estarán ansiosos por recolectar dulces durante Halloween, la nutricionista de la Universidad San Sebastián, Waleska Willson, alertó de que el consumo excesivo de las golosinas no solamente contribuye a aumentar de peso, por sus azúcares refinados y las grandes cantidades de grasas de los chocolates, sino también pueden provocar intoxicaciones alimentarias.

“Con el fin de evitar la intoxicaciones en los niños lo ideal es moderar el consumo diario de golosinas, tener un contenedor especial para guardar las del día (que debe entregar un aporte calórico máximo de 70 calorías) y, finalmente, evitar el consumo diario de bebidas azucaradas, ya que, al igual que los dulces, tienen una importante cantidad de azucares”, explicó Waleska Willson.

Recomendó que para reducir el consumo de azúcar se debe tener alternativas, como muffins o brochetas de fruta. “Una buena idea es elaborar con los niños productos en casa como jaleas con frutos rojos con formas especiales alusivas a la celebración y helados de yogurt batidos con frutas”, dijo la nutricionista.

Willson aconsejó también preparar “bolsitas con frutos secos como maní, almendras o nueces, cascaritas de naranja o avellanas bañadas con chocolate, merenguitos horneados, todo de tamaño muy pequeño, así como figuritas de avena y miel, decoradas con chispas de chocolate”.

Otro aspecto importante es que se debe poner atención es a la calidad de las golosinas que consuman los niños.

“Muchas veces las personas compran el producto a granel que está a más bajo costo con tal de darles algo a los pequeños, sin pensar que esos productos les harán daño. En el caso de los chocolates, por ejemplo, a menor calidad del producto, más alto será su contenido graso y de grasas más perjudiciales para la salud”, manifestó la especialista.

En tanto, la odontóloga María Angélica Cereceda, de la misma universidad, explicó que “los dulces que hacen más daño son los más adhesivos y espesos, porque están más tiempo en contacto con los dientes. Lo mejor es tragarse la golosina con ayuda de algún líquido y no masticarla, y lo más pronto enjuagar la boca con agua”.

Otras recomendaciones para esa fiesta, son reducir el consumo en la noche, ya que a esa hora los alimentos grasos (chocolates) retardan el vaciamiento gástrico y el exceso de azúcar de los caramelos provoca meteorismo con distensión gástrica, cólico y mal dormir, entre otros efectos indeseables. En este sentido, es recomendable explicarles a los niños antes de salir que no podrán consumir todos los dulces que reciban porque les hará mal.

También, tener poca cantidad de dulces en casa y velar por que en los hogares de los vecinos los niños reciban también mínimas cantidades. Igualmente, prepararles en el hogar un bol con dulces de Halloween y permitirles que coman esos días una pequeña cantidad.

Otra alternativa, es reemplazar los dulces y chocolates por regalos y sorpresas.