Cuando se cumplen los últimos días de la “Operación Tirúa”, la familia de dos de los ocupantes de la aeronave, empieza a internalizar la resignación frente a los hechos que pueden culminar sin hallazgos relevantes.

La búsqueda de la aeronave y de sus cinco ocupantes, una mujer y cuatro hombres, cumple este martes la jornada 23. Los medios marítimos, aéreos y terrestres focalizaron sus operaciones en los lugares solicitados por los familiares, tanto al sur como al norte de Tirúa, para lo cual cuentan con condiciones climáticas favorables, marcada por una nubosidad parcial.

Al tiempo que se cumple con lo solicitado por los familiares, se acerca también el fin de la búsqueda, un momento duro que algunos cercanos a los desaparecidos ya empiezan a imaginar, como Rodrigo Orrego, primo del joven ingeniero Jorge Luengo Espinoza y sobrino del abogado Jorge Luengo Suazo.

Si se busca en los lugares que los familiares sugieren, entonces al menos habrá conformidad con que se hizo todo lo posible, porque la operación no puede seguir de manera indefinida, asumió Rodrigo. “Es necesario que se cierre un ciclo, es necesario asumir lo que está pasando (…) no podemos vivir en esta burbuja que se llama Tirúa toda la vida. Hay que tener un poco de resignación”.

Los medios marítimos, terrestres y aéreos rastrean por la costa en Tranicura y en el sector La Mina, 15 a 20 kilómetros al sur de Tirúa; y, por el otro lado, en Punta Nena, Quidico, hasta punta Morguilla, donde apareció la mochila de Jorge Luengo Espinoza; al sur de Lebu, 60 kilómetros al norte, donde los familiares solicitaron utilizar los sonares de las embarcaciones marítimas, el robot submarino y los buzos tácticos.