Propuestas descentralizadoras concentraron el debate de 4 de los candidatos por Bío Bío Costa. Coincidieron con proyectos de inversión pública y nueva tributación y pusieron malas notas a la región y al intendente.

Con bastante cercanía en iniciativas que logren el anhelado despegue regional, se manifestaron los candidatos por Bío Bío Costa, Jacqueline van Rysselberghe, de la UDI; Camilo Escalona, socialista; Alejandro Navarro del MAS y Rafael Garay, independiente por el PRO.

Mientras Escalona propuso la Ley de Rentas Regionales, Navarro le sumó una ley de emprendimiento empresarial y de fomento regional. Asimismo, Garay enfatizó en las alianzas público y privadas, una economía mixta además del empuje a la conectividad local. Van Rysselberghe en tanto, apuntó a la inversión local, potencia agroalimentaria y la vialidad secundaria, junto a la presencia de una Aduana.

Escalona agregó la necesidad de una moratoria de deudas de Indap, entre sus compromisos.

En el ámbito de la política, socializaron encuestas que cada uno tiene bajo el brazo. Navarro, pese a propiciar el doblaje con su compañero de dupla Escalona, tiene una sospecha política distinta.

Garay por su parte apunta al crecimiento de su candidatura.

Todos con matices coincidieron en mantener los empleos de emergencia, sí aprobaron la elección popular de intendentes y el proyecto Ñuble Región, además de la tributación diferenciada. Eso sí, no hubo consenso respecto a la legalización de la marihuana. Mientras Navarro y Garay apoyan el autocultivo, Escalona y van Rysselberghe son implacables en su rechazo.

La nota regional no supera el 5 en el mejor índice otorgado por Escalona. Mientras, además del 7 por “amistad” que entregó JVR al intendente Víctor Lobos, el resto lo calificó, incluso, con un 2 -en el caso de Garay- y con un 4 Escalona y Navarro.

Como fortalezas, Navarro adujo su cercanía con la gente y su debilidad las deudas y la dura autocrítica. Garay, su carácter técnico y su juventud como fortaleza y sus escasos recursos económicos como debilidad. Escalona, en ambas, la trayectoria, mientras van Rysselberghe indicó que su fortaleza es que la gente la conoce y como debilidad, el binominal, que esta vez le juega en contra.