Los incendios seguían erráticos el jueves en Australia, donde un piloto de Canadair murió al caer su avión y el ejército era criticado por haber provocado un foco importante.

Miles de combatientes contra el fuego, en su mayoría voluntarios, luchan desde hace más de una semana contra decenas de incendios en Nueva Gales del Sur, el Estado donde se encuentra Sídney.

Más de 200 viviendas fueron destruidas, especialmente en las Montañas Azules, una cadena situada a unos 100 km al oeste de la mayor ciudad de Australia.

El descenso de la temperatura facilitó el avance de los bomberos en todos los frentes, pero los vientos atizaron dos grandes focos clasificados en el más alto grado de peligrosidad en la escala oficial.

Un piloto de Canadair murió, convirtiéndose en la segunda víctima conocida de esos incendios, cuando su aparato se estrelló en una región aislada al sur de Sídney.

Los incendios son frecuentes en Australia durante el verano austral, de diciembre a febrero. En 2009, un incendio en el Estado de Victoria (sur) mató a 173 personas y redujo a cenizas a miles de viviendas.