Con la llegada del verano proliferan algunas criaturas que no son muy bienvenidas en las familias, más aún si tienen hijos. Los más pequeños son los más propensos a contagiarse con los piojos, debido al contacto con otros compañeros de colegio o parientes con los que juegan.

Este problema es sumamente habitual y se da con mayor frecuencia en niños entre los 3 y 12 años, aunque esto no quita que también puedan llegar a las cabezas de los adultos. Los piojos “pican” el cuero cabelludo, haciendo que éste se inflame y cause una sensación de picazón constante.

En entrevista con Expreso Bío Bío, Paulina Dresel, dueña del centro de retiro de piojos “Lice Team”, indicó que este es un problema totalmente habitual en los niños y sobre todo en esta época de calor, y que no hay que alarmarse si es que aparecen.

Dresel indicó que al presentarse un integrante de la familia con estos “bichitos” en el pelo, es recomendable que toda la familia se revise la cabeza, y vigilar como mínimo una vez a la semana el cabello de los niños al llegar del colegio.

Para esto, se puede ocupar los peines metálicos especiales de dientes finos, o shampoos que previenen la aparición de los piojos y liendres, los huevos que van dejando como rastro. También debe evitarse el contacto con el aire caliente de los secadores, ya que inactivan el insecticida que los shampoos traen.

En tanto, como cuidado para el hogar, se deben lavar las sábanas y plancharlas, ya que los piojos no resisten el calor. Los peluches tampoco se salvan: de haber piojos en el hogar, se deben aislar en bolsas cerradas durante tres días, ya que así literalmente se morirán de hambre.

El piojo es un insecto muy pequeño, que no mide más de 4 milímetros. Tiene una forma alargada y un color parduzco, y se alimenta de sangre humana -no de animales domésticos-, y se contagia al contacto o con tan sólo prestarse peinetas, cepillos, gorros o algunas prendas de ropa.

Escucha a continuación la entrevista con la experta, realizada por Scarleth Cárdenas y Patricio Cuevas: