La periferia de Damasco se vio sorprendida este sábado por un atentado, en el que murieron varios soldados e insurgentes islamistas, justo cuando el emisario de la ONU Lakhdar Brahimi inicia en Egipto una gira regional para preparar una conferencia de paz.

La jefa de las operaciones humanitarias de la ONU, Valerie Amos, llamó por su parte a un cese al fuego y a la instalación de un corredor humanitario para socorrer a los habitantes de la ciudad de Moadamiyet al-Sham, en la periferia de Damasco, al día siguiente de que Estados Unidos lanzara un llamamiento similar.

En otra faceta de este complejo conflicto en Siria, nueve peregrinos chiitas libaneses liberados después de pasar más de un año en manos de los rebeldes sirios y trasladados el viernes a Turquía, llegaron el sábado por la noche a Líbano.

En paralelo, dos pilotos turcos secuestrados en agosto en Beirut para forzar a Ankara a lograr la liberación de los nueve libaneses estaban de camino a Turquía.

En el marco de estos intercambios, unos 200 sirios debían ser también liberados por el régimen de Bashar al Asad, dado que esta era una de las exigencias de los secuestradores de los libaneses. Pero en un primer momento no se sabía si habían sido efectivamente liberados.

El sábado por la mañana, un atentado sacudió la entrada del ciudad pro-régimen de Jaramana, en la periferia sureste de Damasco, e hirió a 16 civiles, según informó la agencia oficial SANA, que responsabilizó a los rebeldes a los que llamó “terroristas”.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) precisó que 16 soldados y 15 insurgentes islamistas murieron en ese atentado y en los combates que se produjeron a continuación, cuando los rebeldes intentaron tomar un retén estratégico situado entre Jaramana, considerada un bastión del régimen, y la cercana localidad insurgente de Mleha.

Según esta ONG, que recaba su información de una amplia red de activistas y médicos sobre el terreno, el atentado fue cometido por un suicida del Frente Al Nosra, un grupo yihadista afiliado a Al Qaida.

Niños mueren de malnutrición

Cuando el conflicto ha dejado, según el OSDH, más de 115.000 muertos en dos años y medio, Valérie Amos llamó a “todas las partes a cesar inmediatamente las hostilidades en Moadamiyet al-Sham para permitir un libre acceso a las organizaciones humanitarias con el fin de evacuar a los civiles restantes y llevar los medicamentos y cuidados necesarios”.

Subrayó que “miles de familias permanecen prisioneras en otras ciudades en Siria”, devastada por los combates.

Hay un “número sin precedente de niños que mueren de enfermedades relacionadas con la malnutrición”, había deplorado la portavoz de la diplomacia estadounidense, Jennifer Psaki.

Según vecinos de Moadimiyet al-Sham, la comida escasea enormemente. Un jeque asegura incluso haber emitido un decreto religioso que autoriza a comer gatos y perros.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció dos casos sospechosos de poliomielitis, una enfermedad muy contagiosa que no se había detectado en el país desde 1999.

Esfuerzos por una conferencia de paz

Paralelamente, la ONU y Estados Unidos siguen esforzándose en organizar el mes que viene en Ginebra una conferencia internacional de paz.

El mediador de Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi, llegó este sábado a Egipto, donde se reunió con el canciller Nabil Fahmy. El domingo se entrevistará con el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi. Luego viajará a Damasco y Teherán.

También para preparar esa conferencia, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, participará el martes en Londres en la reunión de los “Amigos de Siria”, el grupo que aglutina a los países que apoyan a la oposición (Estados Unidos, Reino Unido, Turquía, Arabia Saudita y Catar, entre otros).

La cita se anuncia no obstante muy complicada, ya que la oposición está dividida, y su principal componente, el Consejo Nacional Sirio (CNS), ha dicho ya que no se sentará a negociar con el régimen.

El CNS justificó su postura refiriéndose a la pésima situación sobre el terreno. En la periferia de Damasco, en particular, los habitantes están bloqueados por los combates y los bombardeos diarios y padecen una penuria de alimentos y medicamentos.

La comunidad internacional está buscando de nuevo una solución diplomática poco más de un mes después del acuerdo entre Moscú y Washington sobre el desmantelamiento del arsenal químico sirio.

Dicho acuerdo fue alcanzado cuando Estados Unidos amenazaba con atacar de forma inminente objetivos del régimen, acusado de cometer un ataque con armas químicas cerca de Damasco el 21 de agosto.

La Organización para la Prohibición de Armas Química (OPAQ), encargada de supervisar la destrucción de ese arsenal, dijo el viernes que había verificado ya 14 de las más de 20 instalaciones señaladas por el gobierno.

Kerry propuso transportar las armas químicas sirias en barco “fuera de la región” para destruirlas en condiciones seguras, pero Rusia tachó este sábado de “prematura” dicha propuesta.