Investigadores y profesores de universidades de toda España guardaron este jueves un minuto de silencio en protesta contra los drásticos recortes en las ayudas a la ciencia que, afirman, están asfixiando la investigación.

En Madrid, decenas de investigadores, algunos vestidos de luto, otros con sus batas blancas de laboratorio, se congregaron a mediodía en las escalinatas de las facultades de ciencias de la Universiad Complutense, una de las más antiguas del mundo.

Este “Día de Luto por la Ciencia”, organizado por el colectivo Carta Abierta por la Ciencia en España, que reúne a las principales organizaciones científicas del país, coincidía con el 79º aniversario de la muerte del médico español Santiago Ramón y Cajal, especializado en histología, Premio Nobel de Medicina 1906.

“Queremos enviar el mensaje de que el gobierno está paralizando completamente la investigación en España y condenándola a la muerte con su política presupuestaria”, explicó a la AFP Carlos Andradas, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE).

La inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) sufrió fuertes recortes en el marco del programa de austeridad del gobierno del conservador Mariano Rajoy, destinado a atajar un déficit galopante desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008.

Los científicos denuncian que a veces no hay siquiera dinero para comprar guantes, batas o material básico como nitrógeno líquido y que los puestos de investigación son cada vez menos, lo que obliga a muchos científicos a buscar trabajo en otros países.

La inversión pública en investigación científica cayó un 45% entre 2009 y 2013, pese a que la partida presupuestaria que España dedicaba a este sector ya estaba muy por debajo de la de otros países europeos, según la COSCE.

El presupuesto del gobierno para 2014 destina 5.600 millones de euros (unos 7.600 millones de dólares) a la I+D civil, un aumento de 1,3% respecto al año anterior y el primer incremento desde 2009.

Sin embargo, muchos consideran este alza insignificante y acusan al gobierno de dañar las perspectivas de la ciencia española a largo plazo.

“Es verdad que hay un incremento pero es un incremento tan pequeño. A este ritmo vamos a tardar 30 años para volver a tener lo que teníamos hasta hace tres”, dice Andradas, matemático de 57 años, en la protesta