El ministro de Deporte de Brasil, Aldo Rebelo, anunció que renunciará en diciembre a su cargo, seis meses antes del Mundial de fútbol de 2014, para ser candidato a gobernador del estado de Sao Paulo.

“Voy a dejar el ministerio. Planeo que sea a inicios de diciembre, cuando se completa el ciclo de la entrega de estadios. Queremos cumplir el cronograma establecido de tener los 12 estadios de las 12 ciudades sede”, dijo Rebelo.

Brasil, que organiza su segundo Mundial, después de el de 1950, tiene el compromiso de entregar los estadios de las 12 sedes antes del 31 de diciembre de 2013.

La FIFA ha dicho que a Brasil aún le queda trabajo por hacer con miras al más importante torneo de fútbol.

Rebelo, que aún no notificó oficialmente su renuncia a la presidenta Dilma Rousseff, saldría del gobierno seis meses antes del puntapié inicial de la Copa del Mundo, que se celebra entre el 12 de junio y el 13 de julio de 2014.

“Puedo dejar (el cargo antes) si la presidenta lo desea. Por iniciativa propia no planeo dejarlo antes de diciembre”, indicó el responsable.

Rebelo es miembro del Partido Comunista de Brasil (aliado al gobierno), que ya lo anunció como precandidato al gobierno del estado de Sao Paulo. Según la ley, para poder postularse a los comicios de octubre, los candidatos no pueden ejercer cargos públicos después de abril.

Minimiza efectos

El ministro Rebelo minimizó el efecto de su salida en la organización del Mundial, ya criticada por la FIFA por los atrasos que ha presentado.

“Eso sería sobrestimar mucho mi función y mi papel. Esta será la vigésima Copa del Mundo. Por lo menos 19 ya ocurrieron sin mi participación”, bromeó.

En los comicios generales de octubre se elige además al presidente y se renueva una parte del Senado y a la totalidad de los diputados.

La FIFA, a través de su secretario general, Jerome Valke, ha destacado recientemente la necesidad de avanzar en el tema de los estadios, ya que algunos de ellos, como el de Curitiba (sur), aún le queda un 20% para ser concluido, a menos de tres meses del plazo.

“La cuestión no es estar listo o no, estarán listos para la Copa del Mundo, la cuestión es cuándo estarán disponibles para instalar los equipos necesarios”, lanzó Valcke, que hace un año dijo que Brasil necesitaba una “patada en el culo” para acelerar la organización del torneo.

Además de los estadios, Brasil tiene que terminar a tiempo importantes obras de infraestructura urbana, principalmente en sus desbordados aeropuertos.

El clima social continúa tenso en el país, principalmente en Rio de Janeiro y Sao Paulo, después de las importantes protestas de junio, en contra de los gastos públicos para el Mundial y a favor de mejoras en salud y educación.

En las últimas semanas, varias protestas en las dos principales ciudades del país degeneraron en enfrentamientos entre la policía y manifestantes que destruyeron agencias bancarias, tiendas de autos y hasta quemaron autobuses en la calle.

Pero Valcke ratificó la semana pasada la confianza de la FIFA en que el gobierno brasileño garantizará la seguridad durante el Mundial.