La transparencia del Vaticano en escándalos sexuales de religiosos podría ser puesta a prueba si Perú decide solicitar información sobre la destitución del obispo de Ayacucho, Gabino Miranda, a quien la Fiscalía investiga por un caso de presunta pedofilia.

“Ese pedido (de información) no debe afectar las relaciones entre Perú y el Vaticano, porque se trata de esclarecer la comisión de un presunto delito”, dijo a la AFP el jurista peruano Diego García Sayán, presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La investigación judicial se estancó luego de que se conociera este jueves que el fiscal Gary Chávez, encargado del caso, admitiera que la documentación entregada por la iglesia peruana es insuficiente para poder determinar lo que ocurrió.

El caso Miranda sería el primero de un obispo sobre abusos sexuales que el Vaticano sanciona públicamente desde que el papa Francisco sucedió a Benedicto XVI al frente de la iglesia católica en marzo pasado, aunque amparado bajo “el secreto pontificio”.

“Es un asunto de interés público. Es un sospechoso que hay que investigar”, acotó García-Sayán sobre el obispo sancionado, quien se mantiene oculto en un sitio desconocido de Lima y ha negado en una carta pública haber abusado de menores, aunque admitió haber actuado inapropiadamente.

El expediente entregado a la fiscalía por el arzobispado de Ayacucho, diócesis a la que pertenecía el obispo sancionado, no contiene información relevante, como el nombre del presunto menor agraviado, lo que impide avanzar con el caso, señaló el fiscal Chávez citado por el diario La República.

Destitución por actos impuros

El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, el arzobispo Salvador Piñeiro, informó el 26 de septiembre la destitución del obispo auxiliar de Ayacucho Gabino Miranda, decretada por el papa Francisco, “por pecados contra el sexto mandamiento” (que prohíbe cometer actos impuros).

“Las cosas tienen que ser bien claras, lo ha dicho el papa Francisco, tolerancia cero, sea quien sea, sea obispo o sacerdote, no se puede tolerar el abuso contra menores”, dijo Bambarén el 20 de septiembre cuando trascendió por primera vez el caso.

Distintos medios limeños publicaron versiones de presuntos abusos del religioso a un monaguillo de 14 años en un confesionario, como uno de los detonantes de la sanción al obispo peruano.

“El caso corre el riesgo de convertirse en un asunto diplomático entre Perú y el Vaticano” admitió el jurista, quien habló a título personal.

Según el Concordato entre Perú y el Vaticano, el nuncio tiene inmunidad diplomática y no puede ser citado por una autoridad judicial salvo que el Vaticano lo disponga.”Sería un hecho muy grave encubrir un presunto delito”, concluyó García-Sayan.

Paternidad de otro obispo

El caso del obispo Gabino Miranda coincidió con otro escándalo en la jerarquía católica peruana: la renuncia por presión del Vaticano del obispo castrense Guillermo Abanto a raíz de una demanda de paternidad que enfrenta el religioso.

El cardenal peruano Juan Luis Cipriani informó el miércoles que “el 20 de julio, la Santa Sede aceptó la renuncia del Obispo Guillermo Martín Abanto Guzmán (…) en conformidad con el Código de Derecho Canónico”.

“Cada uno tiene que afrontar sus debilidades con hombría y saber reconocer cuando comete un error. No ocultamos nada”, dijo entonces el cardenal Cipriani.

El Tercer Juzgado de Paz Letrado del distrito limeño de Surco emitió el 15 de julio pasado un mandato de apercibimiento para que Abanto Guzmán, de 49 años, reconozca a una niña de 2 años.