Por: Alejandra Villarroel Sánchez

Hasta el 15 de octubre en la Plaza de la Cultura, los transeúntes del barrio Mapocho podrán conocer la Galería Sala de Carga, un proyecto de exhibición de artes visuales al interior de un container marítimo reciclado para convertirse en un espacio de arte contemporáneo itinerante, que se desplaza por la región Metropolitana. La idea fue gestada el año 2012 por la artista visual y curadora Joselyne Contreras Cerda, quien desde Inglaterra conversó acerca de los objetivos, audiencias y expectativas de esta particular propuesta de infraestructura y difusión.

Instalado en el transcurrido frontis del Centro Cultural Estación Mapocho, en pleno corazón de la Chimba, el container de artes visuales Sala de Carga por estos días exhibe “Límite y Territorio- Identidad”, tercera muestra de su itinerancia metropolitana 2013, con la que busca abrir el acceso a la expresión plástica y visual de los creadores nacionales Patricio Vogel, Consuelo Lewin, Natacha Cabellos y Eduardo Elgueta. Financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural, el proyecto de galería fue gestado el año 2011 por Joselyne Contreras Cerda, Licenciada en Artes Visuales, de la Universidad de Chile, quien explica en la siguiente entrevista el origen, objetivos, expectativas y estrategias de Sala de Carga.

-¿Cómo surge Sala de Carga y qué objetivos se traza el proyecto?

Sala de Carga surge a partir de la constatación de un problema que se asocia a un anhelo. El problema era y es la lejanía entre el arte contemporáneo, los espacios que lo albergan y los diferentes públicos. A partir de este problema surge el anhelo de tener un espacio itinerante que se emplace e intervenga el espacio público, que es uno de los asuntos centrales en la galería, esto con el objetivo de acercar las diferentes manifestaciones del arte contemporáneo a la comunidad, a las diferentes personas que circulan, se encuentran y dialogan en la esfera del espacio público. Los principales objetivos para el año 2013 son la continuación de un trabajo que comenzó a gestarse durante el segundo semestre del 2011, que tuvo sus primeros resultados concretos el año 2012, con una itinerancia por seis comunas de la Región Metropolitana, y que continúa este año 2013. Este recorrido tiene detrás un proyecto curatorial que apuesta por un arte con contenido crítico y político, que intenta trabajar con mayor consciencia acerca de las líneas que plantea, líneas que se relacionan con el arte contemporáneo y su presencia en el espacio público, así como con las formas en las que se puede producir una vinculación entre los diversos lenguajes y los diversos espectadores.

- ¿De qué forma el proyecto desarrolla públicos para las artes visuales?

Nuestra vinculación con las audiencias está pensada desde varias aristas. La primera de ellas es la inmediata, sobre la que estuvimos conscientes desde que se pensó la galería como espacio itinerante, y es una vinculación que se produce desde el momento en que nos emplazamos en espacios de flujo donde interpelamos desde que llegamos. Nos sucede en cada lugar en el que estamos que hay una respuesta de los vecinos, de la gente que transita, de quienes viven, trabajan o se mueven por el lugar donde nos instalamos. La segunda es el trabajo que hacemos de difusión en diversos medios y redes, y la tercera es la invitación directa que se extiende a distintos establecimientos y organizaciones. Ahora bien, nuestras estrategias tienen que ver con que nos parece fundamental que el arte contemporáneo tenga presencia en la vida de las personas en todas sus etapas, consideramos que se debe propiciar un trabajo con los establecimientos educacionales, con las organizaciones, con las agrupaciones, consideramos que se debe permitir que las personas en sus distintas etapas se encuentren con el arte, y en ese sentido es que se ha pensado Sala de Carga, una galería que invita en cada uno de los puntos donde se detiene.

- Exponiendo por primera vez en el barrio Mapocho, un espacio ciudadano emplazado en una zona típica de gran identidad, pero también de mucha precariedad ¿qué esperan que suceda? ¿Cree que el público mapochino está preparado para asistir a la experiencia Sala de Carga?

Nosotros y nosotras creemos que cualquier persona está preparado o preparada para asistir a la experiencia Sala de Carga, porque básicamente no se necesita nada especial para hacerse parte de la experiencia. Así lo hemos comprobado felizmente en muestras anteriores donde observamos que gente de los más diversos orígenes, formaciones y orientaciones son interpelados y a su vez interpelan lo que ven y escuchan. Oficinistas, niños y niñas de escuelas, gente de la tercera edad, trabajadores de la construcción, cesantes, gitanas, un sinfín de personas pasa a diario por el container y observamos (y leemos en el libro de visitas) que establecen una relación con las exposiciones, una relación bastante larga también. Una cosa que nos llama la atención es el tiempo que destina la gente al interior del container, pues realmente lo recorren detenidamente. Y todo eso sin duda debiera repetirse y aumentarse en un lugar tan vivo, de tanta riqueza cultural en sus habitantes, oficios, circulaciones, de tanta carga en la construcción de Chile y especialmente de la ciudad de Santiago, que es una ciudad que no se puede entender sin observar, tocar, oler, pasar y detenerse en el Barrio Mapocho.

- ¿Cómo definen los ejes temáticos de cada itinerancia? ¿Qué conceptos pone en valor el proyecto y porqué?

Los ejes temáticos de cada itinerancia provienen de tres lugares: El primero de ellos se asocia a la materialidad, origen y función primitiva de Sala de Carga, que es un container marítimo. El segundo se asocia a la materialidad, presente y función reformulada del container como galería de arte contemporáneo itinerante. El tercero, proviene de nuestra mirada como galería y curadora, en tanto hay ciertos tópicos que nos interesa trabajar por ser constitutivos de discusiones necesarias, políticas y críticas, que invitan a operaciones artísticas relevantes, arriesgadas y que salgan –idealmente- de lo cómodo y habitual. ¿Cómo se han encontrado estos tres lugares? En la primera temporada de nuestra galería, vinculamos la noción central de “Desplazamiento” que para cada muestra se unió con los conceptos de Operaciones Materiales, Objeto, Cuerpo, Espacio, Movimiento y Desgaste. Este segundo año el eje es “Límite y Territorio”, alrededor del que se ligan los conceptos de Privado, Público, Identidad (la actual en Barrio Mapocho), Comunidad, Estado y Nación.

-¿Cuál es el aporte de Sala a Carga al campo de las artes visuales más allá del ámbito metropolitano?

Si pensamos qué espacios existen hoy en día para el arte contemporáneo y dónde están instalados, nos daremos cuenta que allí hay un problema. Al mismo tiempo, si pensamos en las iniciativas de descentralización nos daremos cuenta que realizan un aporte concreto e importante tanto para el arte y su vinculación con la ciudadanía, como para la escena artística. Con esta corriente descentralizadora nos sentimos identificados, en tanto que aportamos y contribuimos con muestras de arte contemporáneo en sectores donde éste tiene escasa o nula presencia. La galería en parte nace en la provincia –tres miembros del equipo de la galería somos de Melipilla- y el container ha estado en provincias, de hecho sus tres primeras muestras fueron en localidades urbano rurales en la periferia de Santiago, y dentro de sus objetivos, como te señalaba en la pregunta anterior, está el llevar Sala de Carga a otras regiones, otras provincias, otras ciudades, otras comunidades. Ahora, también hemos estado en lugares que no son para nada periféricos, sino muy centrales, como Estación Central, Santiago Centro, hoy el Barrio Mapocho y prontamente Plaza Italia. ¿Cómo se entiende la provincia y lo periférico en estos espacios? Lo entendemos en que no necesariamente por dormir en la metrópolis se deja de habitar en la periferia. 

- En relación al futuro de la galería ¿cuáles son las expectativas?

Las expectativas son que la galería se mantenga en el tiempo, que podamos realizar distintas propuestas curatoriales y artísticas que tengan como resultados tanto las exposiciones como  actividades vinculadas a éstas, que logremos aportar en la relación entre arte, comunidad y espacio público, que podamos estar en distintos lugares, distintas regiones, localidades y espacios, porque creemos que el arte contemporáneo tiene que ser parte de la vida de cada persona.

-¿Cuáles son las principales dificultades que enfrenta el proyecto considerando que en Chile las artes visuales no cuentan con el apoyo brindado a otras disciplinas como, por ejemplo, las escénicas?

Las principales dificultades que enfrenta la galería, dadas sus condiciones, es el contar (o no) con un financiamiento que nos permitan proyectar, por ejemplo, una programación para el futuro, esto debido a que dependemos de la obtención de recursos financieros y eso -para las artes visuales- no es una tarea simple. Hasta ahora hemos podido financiar las dos temporadas puesto que obtuvimos Fondart Regional y, si bien los fondos que se obtienen por esa vía son importantes, hay que decir que no son suficientes para una galería como Sala de Carga, que también recibe auspicios y/o patrocinios de municipios, centros culturales, corporaciones culturales y algunos de privados. En este sentido, cada emplazamiento tiene detrás una serie de gestiones que varía en cada lugar. Con respecto a las dificultades y gestiones, actualmente estamos a la espera de los resultados de Fondart para saber si contaremos con los recursos para realizar una itinerancia el 2014 por cuatro regiones de la zona central, una itinerancia que cuenta con el compromiso de los municipios pero que depende de la obtención de fondos para costear y posibilitar las muestras. Para nosotros este es un tema relevante, consideramos que se necesita que el Estado subvencione ciertas iniciativas a largo plazo, que tenga políticas culturales que posibiliten que los espacios para el arte, en todas sus manifestaciones, puedan proyectarse y no esperar si la ventura de los fondos concursables cae cara o sello. Es fundamental que esto se produzca.

- Respecto a políticas estatales en cultura y nuevos emprendimientos culturales como Sala de Carga ¿qué experiencia tuvieron y qué opinión le merece el actual sistema de financiamiento chileno?

Es un tremendo tema el del financiamiento. Para hacerlo breve y simple, sin financiamiento estatal este proyecto no podría haber existido en su versión 2012 y 2013, así de simple. Y otra cosa, que es un financiamiento que se agradece muchísimo, pero que, por ejemplo, no permite dedicarse 100% a esto, pagar a los artistas y pagar buenas remuneraciones al equipo de trabajo, lo que habla por sí solo de que el trabajo en arte y cultura aún se ve como un hobby o algo paralelo a una actividad “seria” y “profesional”. ¿Cremos que esto puede cambiar? Esperamos que la reformulación de la Ley Valdés pueda mejorar la manera en que empresa privada y creación artística se trenzan, aunque lo vemos muy complejo por la historia reciente de Chile y la aversión de la inversión privada hacia actividades contrahegemónicas o incluso levemente molestas al statu quo. Y por cierto, esperamos que el Estado destine de mayor y mejor forma recursos para que iniciativas serias, necesarias y profesionales, como el Teatro La Memoria, el Teatro del Puente o Galería Metropolitana, entre otros, donde el mercado ha demostrado su incompetencia y/o desinterés, puedan no sólo sobrevivir, sino también fortalecerse. Como decíamos anteriormente, este es un tema vital para las futuras políticas culturales que las actuales lo abordan poco y nada, aunque bueno… tampoco eso extraña mucho. 

Joselyne Contreras

Joselyne Contreras

Sala de Carga Container de Artes Visuales

Sala de Carga Container de Artes Visuales

Sala de Carga Container de Artes Visuales

Sala de Carga Container de Artes Visuales

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