Este año se exhibe la obra del documentalista israelí Avi Mograbi, que aborda de manera crítica el conflicto de su nación con Palestina, a través de películas narradas en primera persona, estableciendo un lazo directo entre el núcleo familiar y la situación político-social que atraviesa esa zona de Medio Oriente.

Políticas de la intimidad

“Tengo un problema sobre el que quiero hablarles. Mi esposa, Tammi, me dejó. Puede sonar gracioso pero ella me abandonó debido a Arik Sharon”. El inicio de How I Learned to Overcome my Fear and Love Ariel Sharon es a su vez la explicitación de un dispositivo fílmico que será una constante del cineasta israelita Avi Mograbi: mirando de frente a una cámara instalada en su propio hogar-oficina, confesándose ante nosotros y estableciendo un lazo directo entre él, su familia y amigos, y la situación político-social que atraviesa la conflictiva zona de Medio Oriente. Sharon está en las antípodas ideológicas de Mograbi: lideró una guerra en la cual el propio cineasta se negó a participar. Sin embargo hará una película sobre su figura, o más bien sobre las dificultades de hacer un film sobre él.

Así, Mograbi nos permitirá ver la construcción de todas sus películas, ya que cada una de ellas se irá constituyendo ante el espectador, con sus dificultades y contradicciones, instalando un conflicto moral que será el centro de una filmografía que no escapa de los horrores de la guerra, pero que a su vez integra una visión llena de humor gracias al protagonismo que Avi toma en toda su obra. Este sentido del humor y la utilización de un registro casero no significa que las películas de este director carezcan de espesor y menos de carácter cinematográfico. La experimentación formal tanto a nivel visual como sonoro en su cine (aceleración, ralentización, corte directo en toma, uso de efectos especiales), sumados a la crítica visión sobre la política exterior de su país contra Palestina, convierten a Mograbi en un cineasta que reúne el discurso político con el estético como pocos en el mundo.

Cada apertura de film de Mograbi nos entrega la clave de lo que será su película: confesándose a cámara (How I Learned to Overcome my Fear and Love Ariel Sharon y Happy Birthday, Mr Mograbi), escuchando por teléfono a un amigo palestino que habla desde la oscuridad (Avenge, but one of my two Eyes), cediendo el protagonismo a una pareja que se graba a si misma (Z32) o registrando a un amigo palestino en su hogar, mientras conversan sobre lo que fue la convivencia entre judíos y palestinos antes de la creación del Estado de Israel (Once I Entered a Garden). Esta convivencia cinematográfica es a su vez una lección y muestra de la posibilidad de un mejor porvenir y actúa como resumen de una filmografía indispensable de vivenciar.

Avenge, but one of my two Eyes (Israel, 2005, 100’, 35mm)

De los mitos de Sansón y Masada, la joven generación israelí aprende que la muerte es preferible al sometimiento. Hoy, mientras se desata una segunda Intifada, el ejército israelí humilla constantemente a los palestinos: no dejan a los campesinos arar sus campos, detienen a los niños que regresan del colegio en los puntos de control por horas, y una anciana ni siquiera puede volver a casa… Exhaustas, estas personas dan voz a su ira y desesperación – al igual que hicieran los hebreos con los romanos y Sansón con los filisteos.

Happy Birthday, Mr. Mograbi (Israel, 1998, 77’, Digibeta)

Es 1998 e Israel cumple cincuenta años. Mograbi es contratado por la Televisión Israelí para documentar varias celebraciones opulentas con motivo del aniversario nacional. Al mismo tiempo un veterano productor de televisión, el palestino Daoud Kutab, lo contrata para hacer registros de una ola de desalojos de ciudadanos palestinos. Por su parte, el mismo Mograbi se enfrenta a la posibilidad de perder su casa. Obsesivamente, el cineasta vuelve la cámara sobre sí mismo, desesperadamente tratando de encontrarle sentido al enredo que es su vida.

How I learned to overcome my fear and love Ariel Sharon (Israel, 1997, 61’, Digibeta)

El cineasta pinta aquí un retrato del controversial político Ariel Sharon. Una especie de film dentro de un film, donde cuenta la historia de un documental hecho sobre el Primer Ministro y sobre los problemas que le creó al director que lo hizo.

Z-32 (Israel, 2008, 81’ Beta SP)

Un ex-soldado israelí, que participó en una operación en represalia donde dos policías fueron asesinados, busca el perdón por lo que ha hecho. Pero, su novia piensa que la cosa no es tan simple; ella menciona cosas que él no está preparado para enfrentar. El soldado le habla a la cámara voluntariamente, a condición de que su identidad no sea revelada. Mientras busca la mejor manera de esconder su cara, el cineasta se cuestiona su propia conducta política y artística.

Once I entered a Garden (Israel, 2012, 97’, DCP)

Aquí el director fantasea sobre un antiguo Medio Oriente, en donde las comunidades no están divididas por líneas étnicas y religiosas; un Medio Oriente en el que incluso las fronteras metafóricas no tienen lugar. En la aventura conjunta de Ali y Avi – el viaje que hacen a las historias comunales del uno y el otro, en una máquina del tiempo que surge de su encuentro amistoso – el Medio Oriente de antaño, en el cual pueden coexistir sin problemas, resurge con la misma facilidad.