Policías de Rio de Janeiro habrían torturado a otras 22 personas en la gigantesca favela de Rocinha antes de asesinar a un albañil, reveló la investigación que puso a 10 oficiales en prisión.

El viernes de noche, la policía civil explicó el resultado de la investigación sobre la muerte de Amarildo de Souza, el albañil desaparecido en Rocinha el 14 de julio después de ser detenido por oficiales de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP), el cuerpo creado para atender las barriadas reconquistadas por las autoridades de manos del narcotráfico.

De Souza, de 42 años y padre de seis hijos, fue visto por última vez en la UPP de Rocinha, instalada después de su ocupación en noviembre de 2011.

Las cámaras de seguridad lo filmaron entrando en un auto de la UPP a esa dependencia, pero no hay registro de su salida. Su cuerpo aún no apareció.

Diez policías están presos, incluido el excomandante de la UPP, Edson Santos, para responder a las acusaciones de tortura, homicidio y ocultación de cadáver.

La comisaria Ellen Souto, responsable de la investigación, reiteró que De Souza murió después de ser sometido a torturas. Según ella, otras 22 personas denunciaron haber sido torturadas para obtener informaciones de tráfico en la zona.

“Relatan que las torturas sufridas fueron siempre con el objetivo de informaciones de drogas y armas. Todos contaron que fueron sometidos a choques eléctricos con el cuerpo mojado e ingirieron cera líquida”, explicó.

Según testigos, la policía le habría dicho a De Souza al detenerlo: “Buey (como era conocida la víctima en el barrio), estás listo, llegó tu hora”, indicó Rivaldo Barbosa, de la división de Homicidios de la Policía Civil.

Los policías habían recibido la información de que De Souza tenía acceso a un depósito con armas y drogas del tráfico local.

Tres familias se unieron al programa de testigos y salieron de Rio de Janeiro por temor a represalias, indicó Souto.

El “caso Amarildo” generó diversas protestas callejeras que exigían al impopular gobernador de Rio, Sergio Cabral, noticias sobre el paradero de la víctima.

A pesar de la mala publicidad por este caso y las repetidas denuncias de corrupción dentro de la policía, el programa de “pacificación” se mantiene.

Este domingo de madrugada, está prevista la ocupación del complejo de favelas de Lins en el norte de Rio, donde esta semana dos presuntos narcotraficantes murieron en un enfrentamiento con la policía.