La madre de la bióloga brasileña encarcelada en Rusia junto a otros activistas de Greenpeace, que protestaban contra la explotación petrolera en el Ártico, pidió este sábado ayuda a la presidenta Dilma Rousseff en una manifestación en Sao Paulo.

Rosangela Maciel, la madre de Ana Paula Maciel, se unió al centenar de personas que participaron en una ruidosa protesta en el centro de Sao Paulo, como parte de las acciones organizadas por Greenpeace en todo el mundo en apoyo a los 30 activistas presos y acusados de “piratería en grupo organizado”.

“Estoy haciendo un llamado a nuestra presidenta para que interceda con Rusia para conseguir la libertad de Ana Paula y su regreso a casa”, dijo a la AFP.

A pesar de que la embajada brasileña en Moscú está dando asistencia a su hija de 31 años, Maciel considera que es tiempo de que Rousseff atienda el tema directamente con su par ruso Vladimir Putin.

“Tengo la esperanza de que obtendremos una respuesta positiva”, indicó la madre, que no ha tenido contacto con su hija desde que fue detenida a bordo de un navío de bandera holandesa de Greenpeace el mes pasado en el Ártico.

Tocando samba, los activistas de Greenpeace se concentraron frente al Museo de Arte de Sao Paulo con pancartas solicitando la libertad de sus activistas. “Libertad para Ana Paula”, “Liberen a nuestros activistas”, “Liberen a los 30 de Ártico” y “Justicia para Greenpeace”, decían algunas.

Guardacostas rusos remolcaron el pasado 19 de septiembre el “Arctic Sunrise”, después de que algunos activistas intentaran escalar una plataforma petrolífera del gigante Gazprom para denunciar los riesgos de la actividad en el medio ambiente.

Los 30 arrestados -28 activistas de esta ONG ecologista y dos periodistas- se encuentran detenidos en Múrmansk (norte de Rusia). Enfrentan una pena de hasta 15 años de prisión.

Para Rusia, el desarrollo del Ártico es una prioridad estratégica, al ser una zona de grandes recursos de hidrocarburos que por el momento no han sido explotados.