Este miércoles el gerente de Operaciones de Esval, José Luis Arraño, estuvo en conversación con La Radio en el programa matutino Expreso Bío Bío. El ejecutivo quiso salir al paso de las declaraciones emitidas por parte de la comunidad ambientalista de Concón que protesta por el estado del agua en la comuna.

Además el ejecutivo quiso plantear de manera más clara la conclusión emitida por la Superintendencia de Servicios Sanitarios, que planteó que no existía ninguna alteración preocupante en el agua potable de Concón y que era en absoluto bebestible.

Para el ejecutivo las declaraciones emitidas por los ambientalistas en Concón le parecen irresponsables y alarmistas ya que no toman en consideración el efecto que tiene esto para los consumidores.

El ejecutivo explicó también que las condiciones que tiene hoy el vital elemento, que manifiestan un sabor distinto al agua de otros sectores, se debe principalmente a especificaciones técnicas que tiene que ver con los filtros y cambios estacionales de las fuentes de extracción.

Verónica Andrade, bióloga y una de las principales opositoras al servicio que está entregando Esval en Concón, se contactó de inmediato con La Radio al enterarse de la entrevista con José Arraño.

La profesional manifestó su rechazo a las conclusiones del estudio de la Superintendencia y reiteró que el agua de Concón sigue sin cumplir las propiedades requeridas por la norma.

Andrade comentó también que el estado del río Aconcagua no es el lugar ideal para extraer agua, ya que se encuentra enfermo debido a distintos factores. Además puntualizó que ni Esval, ni la norma consideran en sus requerimientos la medición de las cianotóxinas, que son las que tienen enfermo al río.

Además la profesional planteó que un factor aún no medido que puede estar subiendo la temperatura del río, es la Termoeléctrica San Isidro.

Finalmente la ambientalista planteó que se reunirán con investigadores de la Universidad Católica de Valparaíso con el fin de esclarecer el problema que vive el río y los efectos de estas cianotóxinas, que detalló, “no sabemos de qué tipo de cianotóxinas tenemos en el agua”.

Andrade mencionó que este no es un problema de Esval, “es el Estado el que tiene que pagar un estudio sobre el agua del río”, repitiendo que es la norma la que debe cambiar para mejorar el estado del agua.