El Premio Nacional de Artes Visuales 2005 exhibirá su obra en MAC Quinta Normal solamente durante el domingo 6 de octubre, entre las 10:00 y las 22:00 horas.

La pintura aeropostal de Eugenio Dittborn hace escala en el Museo de Arte Contemporáneo, sede Quinta Normal. El domingo 6 de octubre, entre 10 y 22 horas, la pieza La Cocina y la Guerra se exhibirá durante una sola jornada en la sala 3 del segundo nivel del edificio.

A comienzos de 1983, Dittborn descubrió accidentalmente la posibilidad de enviar pinturas a través de correo postal, al plegar un papel de envolver de grandes dimensiones. A partir de ese momento descubrió el potencial que podía tener esta invención para que su obra pudiese llegar más allá de las fronteras de Chile, sin depender de una compleja infraestructura cultural.

Desde 1984, las pinturas aeropostales de Eugenio Dittborn itineran constantemente por el mundo, plegadas, por partes y en sobres. Al llegar a su destino temporal, se expanden y se instalan en los muros, alcanzando grandes dimensiones. La Cocina y la Guerra es la Pintura Aeropostal N° 112, realizada en 1994. Se trata de pintura, hilván y fotoserigrafía sobre 24 paños de algodón. La totalidad de sus piezas forman una gran obra de 4.2 x 16.8 metros. Debido a las proporciones monumentales de esta obra, puede ser exhibida en pocos espacios en Chile. Uno de ellos es esta sala en particular de MAC Quinta Normal.

Estas pinturas se exhiben sin eliminar sus pliegues y junto con los sobres que los contuvieron, de manera de hacer evidente las huellas de su viaje. Su parada en Santiago es sólo momentánea, para seguir circulando en calidad de cartas por distintas metrópolis del mundo. La obra que se exhibirá el domingo 6 de octubre ya ha itinerado por: Madrid (1994), Nueva York (1997), Santiago de Chile (1998), Austin (1999), Glasgow (2002) y Porto Alegre (2011).

La exhibición permanente de las pinturas aeropostales es imposible, pues están creadas para permanecer en constante circulación. La noción de “aquí y ahora” de cada exposición es esencial: por esto el artista ha decidido exhibir su obra durante un solo día, para concentrar la experiencia de estar frente a la obra, entre viajes.

“Pienso que una duración extremadamente breve cambia el modo en que los asistentes se relacionan con la obra. La inminencia del término de la muestra transforma la eternidad de las exposiciones que duran un mes y a las cuales, después de la inauguración, asisten tres o cuatro personas al día… 12 horas es todo un día y un día puede tener una gran intensidad y toda intensidad, al parecer, concluye antes de tiempo… ¿Es eso lo que busco?… Sí, eso mismo”, explicó el artista.

La última vez que Eugenio Dittborn exhibió Pinturas Aeropostales de esta forma fue en 1996, en una muestra fugaz en el estudio fotográfico Jaime O´Ryan. En esa ocasión, la exhibición duró 12 horas y asistieron 800 personas.