Los expertos de la ONU terminaban su investigación sobre siete presuntos ataques con armas químicas en Siria este lunes, en momentos en que los equipos de desarme se disponían a visitar el país para inspeccionar su arsenal de armas prohibidas.

El presidente de Siria, Bashar al Asad, sostuvo que su país acatará una resolución de la ONU según la cual su régimen debe entregar sus armas químicas para que sean destruidas.

Sin embargo, la violencia continuaba en ese país, donde al menos 16 personas -entre las cuales había 10 estudiantes- murieron en un ataque aéreo del régimen contra un liceo en la ciudad de Raqa, en el norte del país, controlada por los rebeldes.

El equipo de seis expertos en armas químicas de la ONU, que efectúa su segunda misión en Siria para investigar presuntos ataques, tiene previsto partir del país este lunes.

Este equipo afirmó que espera presentar un informe final sobre los supuestos ataques a fines de octubre, después de un informe provisorio entregado este mes que confirmó el uso de gas sarín, un agente nervioso, en un ataque cometido el 21 de agosto en los suburbios de Damasco.

El martes, un equipo de unos 20 inspectores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) llegará a Damasco para comenzar a inspeccionar el arsenal sirio, antes de su destrucción.

“En estos momentos, no tenemos ningún motivo para dudar de las informaciones suministradas por el régimen sirio”, señaló un responsable de la OPAQ el domingo en La Haya.

El régimen y los insurgentes se acusan mutuamente de haber utilizado armas químicas durante los 30 meses de esta guerra que ha costado la vida a más de 110.000 personas y obligado a otros dos millones a escapar del país.

Estados Unidos amenazó con llevar a cabo una acción militar después del ataque del 21 de agosto pasado, afirmando que en esa fecha las fuerzas del régimen mataron deliberadamente a cientos de civiles con cohetes que llevaban agentes nerviosos.

Siria desmintió estas acusaciones, pero accedió a entregar su arsenal de armas químicas para evitar un ataque en conformidad con un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia que fue consagrado en una resolución sin precedentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

ASAD PROMETE RESPETAR RESOLUCIÓN DE LA ONU

En sus primeros comentarios desde que esa resolución fue adoptada el viernes pasado, Bashar al Asad declaró el domingo a Rai News 24 que su régimen la acatará.

“Por supuesto, vamos a respetarla y nuestra historia demuestra que siempre hemos respetado nuestra firma en todos los tratados que hemos suscrito”, declaró Asad a un periodista de la televisión italiana Rai 24 que le preguntó si su país cumplirá la resolución 2118 de la ONU.

Además, el presidente sirio calificó de “positivo” el acercamiento entre Estados Unidos e Irán, su principal aliado junto a Rusia, iniciado durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York.

“Si los estadounidenses son honestos en su acercamiento con Irán, los resultados serán positivos en lo que concierne a la crisis siria y a todas las crisis en la región”, dijo.

En cambio, Asad consideró que Europa no tiene la capacidad necesaria para desempeñar un papel en la solución de la crisis de su país, especialmente en la conferencia de paz que se quiere organizar sobre Siria, llamada Ginebra 2.

Por su parte, el secretario general de la ONU Ban Ki-moon pidió el sábado que se realice dicha conferencia, durante su primera reunión con el jefe de Coalición Nacional opositora siria, Ahmad Jarba, quien afirmó que estaba dispuesto a enviar una delegación a ese encuentro, indicó un portavoz de las Naciones Unidas.

Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Muallem, insistió en que no podía hablarse de una partida de Asad, una exigencia de los gobiernos occidentales y de la oposición siria.