El fiscal jefe de Castro, Enrique Canales, señaló que un sicólogo de la Fiscalía Regional de Los Lagos había planteado al Tribunal de Familia de Quellón la necesidad de entregarle a un tercero la tuición de los niños que habrían sido asesinados por su padre, a partir del conflicto que este hombre mantenía con la madre de los menores.

El hecho sigue provocando impacto en la sureña comuna de Quellón, a medida que se conocen más antecedentes de la brutal muerte de dos hermanos de 7 y 9 años presuntamente de manos de su padre, un obrero de 56 años.

El fiscal Enrique Canales precisó que con fecha 10 de septiembre la madre de los niños interpuso una denuncia en la Fiscalía Local de Quellón, por amenzas de muerte de parte de su ex pareja, de quien se encontraba separada desde el mes de julio, agregando que el hombre tenía prohibición de acercarse a ella pero, según un acuerdo, él había quedado con la tuición de los niños, situación que ahora ella pretendía que se revirtiera a partir de las amenzas.

Tras recibir la denuncia y durante la misma jornada, la fiscalía derivó entonces todos los antecedentes del caso a la sede familia del juzgado local e incluso dos días después, según el fiscal, un profesional del Ministerio Público planteó por escrito al Tribunal la necesidad de instruir medidas de protección a los hijos de la pareja.

Respecto a la obligación de informar a los órganos competentes para el resguardo de los menores, en este caso el Sename, el fiscal señaló que el Ministerio Público cumplió con su rol de recibir la denuncia, luego de plantear la necesidad de proteger a los niños y derivar todos estos antecedentes a la instancia jurisdiccional competente, en este caso el Tribunal de Familia, cuyo deber era conocer la situación y resolver conforme al mérito de ésta, cosa que a la postre no ocurrió.

Pese a que desde el punto de vista judicial aún no se puede hablar con propiedad de un parricidio, el fiscal señaló que la investigación apunta en esa dirección, puesto que el padre de los menores aparentemente se habría suicidado luego de haber dado muerte a sus hijos, encontrándose también en el lugar de los hechos una carta dando cuenta de su determinación de dar muerte a los niños.