El presidente sirio, Bashar al Asad, declaró el domingo que su país acatará la resolución de Naciones Unidas sobre su arsenal químico adoptada el viernes, mientras los expertos internacionales trabajan en el país para llevar a cabo una ambiciosa operación de desarme.

“Por supuesto, vamos a respetar (la resolución) y nuestra historia demuestra que siempre hemos respetado nuestra firma en todos los tratados que hemos suscrito”, declaró Asad a un periodista de la televisión italiana Rai 24 que le preguntó si su país cumplirá la resolución 2118 de la ONU.

Asad indicó que “evidentemente” su país garantizará ayuda y protección a los 20 expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que el martes llegarán a Damasco procedentes de La Haya.

Estos expertos internacionales en armas químicas llevarán a cabo una de las operaciones de desarme más ambiciosas, en un país inmerso en una guerra civil, después de la promesa del régimen sirio de eliminar su arsenal químico.

Se trata de eliminar más de 1.000 toneladas de productos tóxicos (sarín, gas mostaza) almacenados en todo el país. Naciones Unidas y la OPAQ buscan candidatos dispuestos a trabajar sin descanso para cumplir los plazos de desarme.

Todos las instalaciones identificadas en la lista remitida por Siria el 19 de septiembre a la OPAQ deben ser inspeccionados en un plazo de 30 días.

La resolución 2118 del Consejo de Seguridad aprobada el viernes por unanimidad obliga al régimen de Asad a destruir la totalidad de su arsenal antes de mediados de 2014.

No obstante, los detalles del plan elaborado por rusos y estadounidenses el 14 de septiembre para inspeccionar y limpiar 45 almacenes de armas químicas debe precisarse, según diplomáticos.

El texto prevé la posibilidad de que la ONU pronuncie sanciones si el plan de desarme no es respetado. Sin embargo, no se trata de sanciones automáticas. En caso de que Siria viole sus compromisos, será necesaria una segunda resolución, lo que deja a Rusia una alternativa de bloqueo.

Washington y sus aliados occidentales acusan a Siria de haber utilizado armas químicas el 21 de agosto en un ataque contra un bastión rebelde cerca de Damasco, que causó centenares de muertos.

Moscú y Pekín ofrecieron sus servicios para la operación de desarme. Estados Unidos, Alemania y otros países han ofrecido también ayuda técnica o financiera.

En paralelo a esta misión, los expertos de la ONU continuaban este domingo su investigación en Siria para determinar el uso de armas químicas en varias zonas del país, después de confirmar a mediados de septiembre la utilización de estas armas prohibidas en un ataque el 21 de agosto.

Los expertos, dirigidos por Aake Sellström, deben finalizar su trabajo el lunes y presentar un informe a finales de octubre.

En otro tema, el presidente sirio calificó de “positivo” el acercamiento entre Estados Unidos e Irán, su principal aliado junto a Rusia, iniciado durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York.

“Si los estadounidenses son honestos en su acercamiento con Irán, los resultados serán positivos en lo que concierne a la crisis siria y a todas las crisis en la región”, dijo.

El presidente iraní, Hasan Rohani, que asistió a la Asamblea General de la ONU en Nueva York esta semana, mantuvo una conversación telefónica con su par estadounidense poco antes de regresar a Teherán el viernes.

En cambio, Asad consideró que Europa no tiene la capacidad necesaria para desempeñar un papel en la solución de la crisis de su país, especialmente en la conferencia de paz que se quiere organizar sobre Siria, llamada Ginebra 2.